Un joven de 19 años fue declarado autor penalmente responsable de matar de un puntazo a un familiar, hecho que la Justicia consideró un "exceso en la legítima defensa" y que ocurrió cuando el acusado era menor de edad. La decisión, que es previa al dictado de una sentencia, fue apelada por la fiscalía que pretende otra carátula porque según algunos testigos la víctima estaba desarmada al ser agredida.
Sebastián Gabriel G. tenía 17 años y ninguna anotación penal cuando fue detenido por haber asesinado de un puntazo a Juan Manuel Vega, primo de su pareja, el 9 de marzo de 2014 en el barrio Las Delicias. Vega tenía 29 años y trabajaba como peón de taxi. Tenía una beba de 6 meses y un hijo de 4 años con su pareja, además de un hijo de 15 años de un matrimonio anterior. Hacía 15 años que vivía a media cuadra de donde fue asesinado, en Regimiento 11 al 2000. Los vecinos contaron que "era un muchacho buenísimo, muy tranquilo y no molestaba a nadie. Estaba terminando la secundaria en una Eempa para tener un título y conseguir un trabajo mejor".
En cambio el adolescente había llegado al barrio hacía menos de tres meses. Se alojó en la casa de los tíos de Vega, al lado de donde vivía el taxista, ya que su novia y prima de la víctima estaba embarazada.
El crimen. Aquel día, a las 3 de la madrugada, Vega llegó a la esquina de Balcarce y pasaje Patria en su taxi y se bajó enfurecido. Fue directamente a increpar a Sebastián, quien estaba junto a otras dos personas. De los insultos pasaron a los golpes de puño hasta que el pibe sacó una sevillana y la hundió en el pecho del taxista, según la versión que circuló entonces.
Vega, malherido, caminó hasta su casa dejando un reguero de sangre. Sus familiares lo cargaron en un auto y lo llevaron hasta el hospital Roque Sáenz Peña, donde falleció. El acusado se presentó días después en Jetatura y desde entonces está en el Irar por orden de la jueza Dolores Aguirre Guarrochena.
El miércoles fue sometido a una audiencia de apelación en los Tribunales luego de ser declarado autor penalmente responsable del crimen. Se trata de una medida que le atribuye haber cometido el delito y define el encuadre legal. En este caso como un crimen cometido con "exceso en la legítima defensa". Es decir, se definió que acuchilló a Vega para protegerse pero se extralimitó en la reacción. Esta figura tiene una pena reducida. En el régimen penal de menores, tras la declaración de autoría se monitorea el avance del tratamiento tutelar antes de resolver la cuestión de la pena.
En la audiencia, el defensor Pablo Morosano remarcó que el joven actuó para defenderse y que agredió a la víctima con la misma arma con la que él era atacado y que nunca pudo hallarse. Así lo había declarado el menor en su indagatoria. El profesional señaló que las declaraciones de los testigos se fueron modificando y que no dijeron lo mismo en la comisaría y en sede judicial. Puntualizó que el joven resultó lesionado en esa pelea y pidió confirmar la resolución.
Sin embargo el fiscal Guillermo Camporini pidió que la sentencia sea modificada al entender que no hubo legítima defensa porque dos testigos "dicen que la víctima no poseía arma alguna". Entre ellos, la pareja del joven contó que todo se inició con una discusión entre Sebastián y otra persona "por una computadora portátil", hasta que Vera intervino para que terminaran de pelearse y esto desembocó en su muerte. Para el fiscal, no existió "provocación" por parte de Vera. La decisión quedó en manos de los camaristas Daniel Acosta, Alfredo Ivaldi Artacho y Carina Lurati, quienes darán a conocer su veredicto en los próximos días.