En apenas segundos, el lapso durante el cual el semáforo de Wilde y San Lorenzo se mantiene en rojo, dos hombres en moto asaltaron ayer el mediodía a un automovilista que trabaja como puestero en el Mercado de Concentración de Fisherton y se dirigía a un banco a efectuar un depósito. La víctima, un joven de 32 años, fue encañonada por uno de los ladrones que le arrebató un bolso en el que, entre otras cosas, llevaba una suma de dinero en efectivo que fuentes allegadas al caso estimaron en alrededor de 120 mil pesos.
Según vecinos del lugar, ubicado a tan sólo 150 metros de donde se produjo un escruche (ver aparte), los delincuentes concretaron el atraco silenciosamente ya que ni siquiera rompieron alguna ventanilla del auto. Y una vez con el botín en su poder huyeron llevándose las llaves del vehículo que dejaron con el volante trabado. Por las características del hecho, denunciado en la subcomisaría 22ª e investigado por la Fiscalía de Flagrancia, no se descarta que los hampones hayan actuado con información previa muy precisa.
Encerrado. Ayer, cerca de las 12.30, Federico B. subió a su Peugeot 308 gris en el estacionamiento del Mercado de Concentración de Mendoza y Wilde, donde trabaja como puestero. Según contó a este diario, acomodó en el piso del auto y "para que no estuviera a la vista" un bolso con dinero en efectivo para ir a depositarlo a un banco.
El muchacho encaró por Wilde en dirección a Eva Perón, pero no alcanzó a hacer tres cuadras cuando notó que el semáforo del cruce con San Lorenzo se ponía en rojo. Sabiendo que debería detenerse, aminoró la marcha. Fue cuando la maniobra de otro vehículo le llamó la atención. "Yo venía por el carril izquierdo frenando y en eso me pasa por el lado derecho un Audi plateado. Pero en lugar de quedarse en ese carril, se metió por el que iba yo y se detuvo justo delante mío. No puedo asegurar que ese auto haya tenido que ver con el robo, pero yo en ese momento quedé medio encerrado", recordó el joven ayer a la tarde.
Más allá de que el Audi haya tenido que ver o no con el atraco, lo cierto es que en ese momento una moto tipo enduro con dos ocupantes se puso a la par del Peugeot, del lado derecho. "El que manejaba —detalló Federico— llevaba casco, pero el que iba atrás no. Veo que éste me miraba medio raro, entonces puse marcha atrás para irme, pero se me paró el auto. Para entonces ya había bajado de la moto y me encañonó. Como tenía la ventanilla un tanto abierta, pudo meter la mano y abrir la puerta. Me dijo directamente «dame el bolso», me sacó las llaves del auto, me trabó el volante y listo. Fueron diez o veinte segundos. Se subió a la moto y se fueron por San Lorenzo", relató.
El puestero quedó con el auto trabado a 10 metros del semáforo. Luego un vecino lo ayudó a correrlo hasta la esquina y un par de horas más tarde el vehículo fue retirado por una grúa.
Dato. Ayer a la tarde la víctima estaba convencida de que los delincuentes habían actuado con información precisa. "Por cómo fue el robo, no hay duda de que estaba muy bien planeado y que sabían de alguna manera que yo llevaba dinero para ir al banco, porque el bolso no estaba a la vista sino medio escondido en el piso del auto. Y el tipo —en alusión al ladrón, al que describió como de unos 30 años y bien vestido— sabía lo que quería y lo que tenía que hacer. Y yo al verme apuntado por un arma no tuve otra opción que darle lo que me pedía".
Si bien la víctima no pudo aventurar de qué manera los delincuentes pueden haber accedido a la información con la que contaban para cometer el atraco, remarcó que no es el primer caso similar que ocurre en los alrededores del mercado de Fisherton. "Ya hubo otros puesteros que fueron asaltados en circunstancias similares, algunos como me pasó a mí, otros cuando llegaban a sus casas. De alguna manera los delincuentes logran saber quién sale con dinero del mercado".
Silencioso. "No escuché nada, pero porque no hubo tiros ni ruidos, ni siquiera le rompieron un vidrio del auto. Y fue rapidísimo, en menos tiempo de lo que tarda el semáforo en cambiar de rojo a verde", comentaba ayer un hombre que trabaja en un taller, a metros de la esquina donde ocurrió el atraco.
"Contó que lo encañonaron y le sacaron un bolso donde tenía dinero y otros papeles. Y que después le pidieron las llaves del auto. Al principio estaba muy nervioso, después se tranquilizó un poco", añadió otro muchacho que estaba en el lugar pero no alcanzó a ver el atraco. "Fue rapidísimo. Y no se escuchó ni un grito", agregó.