Con un discurso de casi dos horas en las que no se detuvo ni para tomar un sorbo de agua, el intendente Miguel Lifschitz dejó inaugurado ayer el año legislativo en el Concejo Municipal. Lo hizo ante un Palacio Vasallo colmado de público que aplaudió su último discurso ante los concejales tras ocho años de gestión al frente del Ejecutivo. Allí, exigió que Rosario tenga el poder concedente para administrar el agua potable y la energía eléctrica y confirmó que en 30 días se firma un convenio para crear una delegación local del Instituto de la Lengua Española en coordinación con el Instituto Cervantes.
Pasadas las 11, descendió las escalinatas del pasaje Juramento vistiendo un prolijo ambo negro hasta llegar a Córdoba y 1º de Mayo. Allí lo esperaban las autoridades del cuerpo deliberativo para invitarlo a presidir la apertura de las sesiones ordinarias.
Fueron casi dos horas en las que repasó sus ocho años de gobierno ayudado de un borrador y ante una tribuna que lo interrumpió con aplausos.