Cinco presidentes sudamericanos llegaron ayer a Bolivia para apoyar a Evo Morales, luego de que su avión fuera desviado en Europa por sospechas de que llevaba al fugitivo estadounidense Edward Snowden, un incidente que irritó a sus vecinos sudamericanos y encendió tensiones diplomáticas. El presidente boliviano fue humillado el martes cuando Francia y Portugal negaron el permiso para que atravesara su espacio aéreo, en una odisea que lo forzó a aterrizar en Viena y definir una nueva ruta de vuelo tras negociar con Italia y España. "Nuestro pecado, nuestro delito es ser indígena y ser antiimperialista", dijo Morales ayer en un acto en un municipio cercano a Cochabamba, horas antes de la programada cita con sus colegas sudamericanos. Después de acusar a la Casa Blanca de haber ordenado a países europeos cerrar el espacio aéreo a su avión dijo que no le temblará la mano para cerrar la embajada de EEUU en Bolivia si se descubre una conspiración contra su gobierno.
El gobierno boliviano acusó a Washington de dar la orden a las naciones europeas para intimidarlo y amedrentarlo luego de que Morales dijera en Moscú, donde se encuentra Snowden, que estaría dispuesto a evaluar una solicitud de asilo del ex agente.
Regreso accidental. El episodio ocurrió cuando el líder boliviano regresaba el martes de una reunión en Moscú. Algunos gobiernos europeos especularon con la posibilidad de que en su aeronave estuviera Snowden, un ex contratista de la CIA buscado por Washington por revelar un inmenso esquema de espionaje. Snowden espera en el aeropuerto de la capital rusa una respuesta de alguno de los varios países a los que solicitó asilo, entre ellos Bolivia. Después de que intentaran registrar su avión en Viena y España, Morales tuvo que vivir un periplo que lo llevó a hacer escalas técnicas en la isla Gran Canaria y en la ciudad brasileña de Fortaleza antes de aterrizar en La Paz.
El trato al primer presidente indígena de Bolivia enfureció a muchos de sus colegas en América latina, que acusaron a los países europeos de colonialismo. "Si esto se hace a la luz de los ojos del mundo contra un jefe de Estado, qué es lo que no se hará contra un ciudadano en cualquier lugar". Con esa frase, Cristina Kirchner expresó su malestar e indignación por el polémico desvío del avión del presidente de Bolivia, Evo Morales, al arribar a la ciudad de Cochabamba para una reunión convocada de urgencia por el incidente que sufrió el mandatario. "Que pidan perdón, una vez en su vida", afirmó la presidenta luego de llegar a Bolivia. Como no hubo quórum para una cumbre presidencial de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), los mandatarios de Argentina, Bolivia, Ecuador, Uruguay y Venezuela viajaron a Cochabamba para una reunión extraordinaria en apoyo a Morales.
Fervor versus moderación. Uno de los aliados más cercanos de Morales, el presidente ecuatoriano Rafael Correa, dijo que Latinoamérica tenía que reaccionar ante este incidente y aseguró que si eso le hubiera pasado a Estados Unidos sería suficiente para que sonaran tambores de guerra. "No vamos a permitir que se trate de esa forma a un jefe de Estado de nuestra América. Insisto: o nos graduamos de colonias o nos perpetuamos como Estados libres, independientes, dignos, soberanos como son los pueblos de nuestra América", sostuvo. Desde Uruguay, el presidente José Mujica fue otro de los que acudió a la cita, al igual que el mandatario venezolano Nicolás Maduro. "Europa rompió con todas las reglas de juego de la convivencia, porque agredió la inmunidad internacional que protege a un jefe de Estado", dijo Maduro en Cochabamba. "En Europa manda la CIA como lo ha denunciado Snowden, en Europa manda la elite de los Estados Unidos", declaró. Una fuente de la presidencia de Brasil, que fue la que emitió un comunicado más duro sobre el episodio, dijo que esperaba que la reunión resultara en una firme declaración que subiera el tono de la situación. Sin embargo, el presidente de Colombia intentó calmar los ánimos. "Nos solidarizamos con Evo Morales porque es inaudito lo que le hicieron, pero no permitamos que se convierta en crisis diplomática regional con la UE", dijo Juan Manuel Santos.
Los presidentes de Colombia, de Chile (Sebastián Piñera) y de Perú (Ollanta Humala) no participaron de la reunión. Aunque la presidenta brasileña Dilma Rousseff tampoco estuvo en Cochabamba, fue quien envió hasta el momento el mensaje más duro al advertir el miércoles que el incidente puede comprometer las relaciones entre América latina y la Unión Europea (UE), que es un importante socio comercial de la región.
En varios países del mundo continuaron ayer las reacciones de rechazo a la decisión de Francia, Italia, Portugal y España de cerrar su espacio aéreo al presidente Morales, en su viaje de Rusia a Bolivia.