En la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados provincial
comenzarán hoy a contarse los votos para la aprobación o no del proyecto de presupuesto 2010, que
incluye una reforma tributaria. El oficialismo y el justicialismo ajustaban anoche sus estrategias
parlamentarias y preparaban argumentos para discutir los dictámenes que deben surgir de esa
instancia, para luego ser discutidos en el recinto.
Después de los últimos retoques introducidos por los distintos partidos del
Frente Progresista, la mesa chica analizó y definió posturas ante los diferentes caminos que puede
tomar el presupuesto. El titular del bloque socialista, Raúl Lamberto, marcó la cancha: "Estamos
abiertos al diálogo, pero el límite está en que respete el núcleo central del presupuesto y la
reforma, y que sea sustentable para las cuentas de la provincia, de los municipios y comunas".
Como ofrenda al debate parlamentario, el oficialismo aceptó realizar
modificaciones al proyecto del Ejecutivo. Duplicó el piso a partir del cual la industria pagaría
una alícuota de 0,5 por ciento de ingresos brutos. También dispuso una base de un millón de pesos
para el caso de la construcción, y aceptaría recortar "libertades" al pedido de endeudamiento.
Algún retoque de última hora podría sufrir hoy la propuesta oficial en un contexto de febriles
negociaciones y duras presiones de todos lados. Así, el Frente Progresista avanzaría mañana con sus
28 votos en la media sanción del proyecto.
En tanto, desde el PJ admitieron que buscaban cerrar un dictamen común en
minoría. Allí insistirían, entre los principales aspectos, con algunos cambios adicionales al
inmobiliario rural, como la exclusión de las zonas declaradas de emergencia. También pretenden
condicionar al pedido de autorización del Ejecutivo para tomar deuda, y avanzar con excepciones al
aumento de la patente para taxis, remises y viajantes.
En ingresos brutos, el Frente para la Victoria insistiría con su posición de
subir el piso a 60 millones de pesos a partir del cual la industria comenzaría a pagar. Sciara le
señaló ayer a los legisladores que esta demanda prácticamente anularía la reintroducción del
tributo al sector, ya que sólo 38 firmas en Santa Fe facturan por encima de esa cifra.
Aunque todo está todavía en plena negociación, los escenarios que se abren para
el futuro del presupuesto y la reforma fiscal son los siguientes: que el oficialismo consiga mañana
la media sanción en Diputados, que el proyecto pase al Senado, y que la Cámara alta lo rechace o le
introduzca modificaciones. De este modo, la iniciativa debe retornar a la Cámara baja, que podría
optar por insistir con el proyecto original o avalar el girado por los senadores. En ambos casos,
el Frente Progresista debe sumar a un sector del PJ para lograr las dos terceras partes que
necesita para convertirlo en ley.
Aunque pueden hacerlo, los senadores del PJ no cajonearían el proyecto. No
quieren pagar el costo político frente a los intendentes y presidentes comunales que sudan para
pagar los sueldos y que ya comienzan a sentir la presión por la apertura de las paritarias para
después del verano. Pero sí lo devolverían a Diputados, para que sea el oficialismo el que pague el
costo del aumento de impuestos.
En la Cámara baja, las miradas se posan sobre los diputados del Frente para la
Victoria. Este año fueron quienes destrabaron el empate legislativo para la sanción del presupuesto
2009, después de rechazar el primer intento de reforma fiscal.
La relación entre el socialismo y el kirchnerismo es sinuosa tanto a nivel
nacional como provincial. Coquetean con la transversalidad y fueron aliados claves en votaciones
tanto provinciales y nacionales. Pero también saben mostrarse los dientes. En el oficialismo
santafesino saben que el ánimo de los legisladores que responden a Agustín Rossi no es el mejor
luego de que la oposición se abroquelara para tomar el control de las comisiones en la Cámara de
Diputados de la Nación. Y temen que se olviden que compartieron trincheras en votaciones clave,
como la ley de medios.
Más allá de lo que acuerden, no es probable que los legisladores rossistas
levanten la mano para subir impuestos. La alternativa, en caso de acuerdo, es abstenerse de votar
si el proyecto vuelve a Diputados. Si además se van del recinto, el oficialismo puede votar la
iniciativa con los dos tercios de los presentes. Si no se retiran, el oficialismo insistiría con el
proyecto, que volvería al Senado, y extendería los tiempos hasta entrado el año que viene, para
espanto de municipios y comunas, y del propio Estado santafesino.
A estudiar
"Pretenden que la Legislatura se expida sobre la ley fundamental de
funcionamiento del Estado en apenas unos días y en una desafortunada expresión el ministro dijo que
«si el proyecto y la información adicional son mas de mil hojas, podrían repartírselas y estudiar
unas cuantas cada uno» subestimando a la oposición", criticaron indignados los diputados del
PJ.