"No sabemos cómo pasó, pero a mi hermano le pegaron un balazo y le robaron un morral con 65 mil pesos. Lo operaron y está grave, en terapia intensiva". Emanuel sintetizó así la suerte negra de Ammiel Lemos, un muchacho de 25 años al que dos ladrones en moto lo balearon el viernes a la tarde para robarle frente de "La Plaza de la Madre" en Villa Gobernador Gálvez. Ammiel había descendido de su auto cuando fue abordado por uno de los ladrones quien le disparó para robarle. El balazo le perforó el brazo izquierdo, le cruzó el abdomen y se alojó en la zona derecha de la cadera. El joven había retirado el dinero que le robaron del banco ubicado en San Martín al 5100 al mediodía y fue asaltado tres horas más tarde.
Ammiel Lemos es oriundo de la localidad entrerriana de Santa Elena, en el departamento La Paz, a 310 kilómetros de Rosario. Llegó a Rosario para trabajar en una empresa de estibaje que es contratista de la corporación multinacional privada Cargill en el puerto de Alvear.
En Albea Mar, la empresa donde se desempeña hace cinco años y que tiene una sucursal en Villa Gobernador Gálvez, ingresó como administrativo y se convirtió en encargado de estibaje, responsable de supervisar que las toneladas de cereal estén repartidas de manera equilibrada en los buques que parten a alta mar.
Ayer en la puerta del sanatorio Laprida, sus padres y su hermano Emanuel hacían guardia junto a sus compañeros de trabajo. "Estamos esperando que la novia llegue de Bariloche porque estaba ahí de vacaciones. Está grave y se enfrenta a un camino complejo, donde puede que haya más cirugías", explicó Emanuel (ver aparte).
Seguimiento.El viernes al mediodía Ammiel se dirigió a la sucursal bancaria de San Martín y Lamadrid para retirar 65 mil pesos en efectivo que eran parte de sus ahorros. "Coincide que en ese banco la empresa para la que él trabaja tiene sus cuentas, pero el dinero era de Ammiel", relató Emanuel.
En el banco se encontró con un amigo y compañero de trabajo.
Luego de que el muchacho retirara el dinero y lo colocara en un morral ambos se dirigieron hasta la oficina de la empresa en inmediaciones de Libertad y San Martín, de Villa Gobernador Gálvez. Se condujeron en el Citroën C-4 color blanco de Ammiel. Almorzaron y, según comentó su amigo, Ammiel se fue de la oficina pasadas las 14. Llevaba el morral con dinero en el baúl del auto.
La oficina de la empresa está ubicada a unas siete cuadras de "La Plaza de la Madre", en pleno centro de Gálvez. El lugar donde se concentra el fuerte del centro comercial villagalvense. Cerca de las 15.30,
Ammiel estacionó su C-4 color blanco sobre avenida San Martín al 2000, entre Juan Domingo Perón y Moreno. El auto quedó frente a una heladería y un bar, únicos negocios abiertos en la cuadra. A unos 70 metros están las vías del ferrocarril y, sobre la mano de la plaza, hay una estación de servicios de PDV Sur.
La estación tiene cámaras de vigilancia, pero están concentradas sobre el playón y los surtidores de combustible y GNC. En la vereda del bar un grupo de empleados de una fábrica trataban de aplacar el calor con unas porrones fríos. Y en la esquina de Perón y San Martín una parada de colectivos por la que pasan las líneas A, M y 35/9.
Muy pocos, por no decir una sola persona recordaba haber visto la escena del robo, aunque a la distancia. El resto de los que trabajan en la cuadra no vio nada o no tenía interés en relatar lo sucedido. "Fue todo muy rápido. Cuestión de segundos. Estaban los pibes de la fábrica tomando una cerveza en el bar y justo pasó por acá un loquito con una moto con escape libre. Ahí se escuchó un tiro y el pibe quedó tirado sobre la calle al lado de un auto blanco. La moto salió con toda como yendo para la vía", explicó un ocasional testigo del hecho, quien vio la escena desde unos 70 metros.
"Me pegaron un tiro". "Cuando lo robaron, Ammiel estaba hablando conmigo por la radio (Nextel)", explicó uno de sus amigos. "No se lo notaba preocupado ni alterado. Hasta que en un momento me dijo: «Gordo vení a buscarme. Me pegaron un tiro»", relató en la puerta del sanatorio. ¿Por qué Ammiel llegó a ese lugar? ¿Bajó del auto porque debía entrevistarse con alguien o lo apretaron bajo amenazas para que bajara? ¿Sacó el dinero del baúl o fue obligado a ello? Todos interrogantes abiertos.
Mal herido Lemos fue llevado, por dos parroquianos que estaban en el bar, hasta el hospital Gamen, ubicado a unas cinco cuadras de la escena del ataque. Y luego lo trasladaron al sanatorio Laprida.
"La policía se enteró del hecho un par de horas después cuando desde el hospital informaron que había ingresado un herido de bala. Por la desesperación y el nerviosismo, que es lógico, los familiares se contactaron con la policía tres horas más tarde. A partir de ese momento es remar contra la corriente", explicó un vocero de la investigación en manos del Juzgado de Instrucción 8ª.
"Por su trabajo dejó el alma"
"Mi hermano estaba gestionando la compra de un motor para una embarcación. Pero tampoco sabemos si retiró el dinero para cerrar la operación. Tenía derecho porque tenía un buen trabajo por el que se dejó el alma". Emanuel lleva la voz cantante de la familia Lemos. "Ammiel aprendió un oficio que está muy bien pago y por eso podía disponer de ese dinero. Pero para llegar hasta ahí se rompió el alma. A mí lo único que me importa es que salga adelante. Eso es lo único que me importa", explicó el muchacho con lágrimas en sus ojos. Emanuel y Ammiel tienen una hermana. Los tres viven en el departamento Rosario.