“Te voy a romper toda”. Esa agobiante amenaza y otros actos violentos como el uso de armas de fuego utilizaba un hombre que fue condenado a 15 años de cárcel tras ser hallado culpable de abusar sexualmente en reiteradas oportunidades y durante años de dos hermanastras con quienes convivía en Villa Gobernador Gálvez. Las víctimas pudieron escapar del drama y en enero pasado se presentaron en la Fiscalía Regional para denunciar las atrocidades sufridas.
El caso que ayer se trató en los Tribunales tiene detalles aberrantes que no hace falta describirlos por el resguardo a la intimidad de las víctimas, y porque apenas con algunos datos genéricos se advierten los crueles padecimientos.
En una audiencia celebrada ayer se homologó la condena a 15 años de prisión por violación contra Cristian Daniel C., de 30 años, quien hasta el 5 de enero convivía con tres hermanastras, un hermano y los padres en Villa Gobernador Gálvez.
De dos de las mujeres abusó sexualmente con acceso carnal desde que eran pequeñas. A la de 21 años, que para esta nota se identifica como C., la sometía desde que tenía 12 años; y a la mayor, de 23, N., la ultrajó desde los 16 años.
Los actos de abuso se concretaron una y otra vez con acceso vaginal, anal y oral dentro de la vivienda que compartían, en la cama del acusado y hasta dos veces por semana. Y siempre ejerciendo violencia física y psicológica, bajo amenazas de muerte hasta con armas de fuego.
Amenazas. Al detallar la imputación, el fiscal del Ministerio Público de la Acusación Matías Ocariz hizo un pormenorizado repaso de la sistemáticos y reiterados abusos. “Te voy a romper toda”, describió el funcionario como una de las tantas intimidaciones que escucharon las víctimas de parte de su medio hermano, y que prometía “matarlas” si lo denunciaban.
El funcionario explicó que el delito de abuso ejercido “contra la voluntad” de las mujeres se agrava por ser “doblemente ultrajante”, por el acceso carnal bajo violencia, por el “vínculo” y por la situación de “convivencia preexistente”, todo cometido en “concurso ideal y real”.
Por su parte la querella, que en representación de las víctimas asumió el abogado Marcelo Folch, acordó con el monto de la pena de 15 años pedido por el fiscal.
Silencio roto. Cuando el juez Gonzalo López Quintana, a quien acompañaron en el Tribunal sus colegas José Luis Suárez y Juan Carlos Leiva, le cedió la palabra al acusado, éste imprevistamente objetó el acuerdo de partes.
“Personalmente no estaba de acuerdo, mi abogado nunca me dejó hablar. Las cosas no son como se cuentan. No tengo antecedentes y nunca fui detenido”, sorprendió Cristian Daniel C. ante el desconcertado letrado, Augusto De Giovanni.
Con esa apreciación el juez entendió que el abogado y su cliente tenían el derecho de parlamentar solos para dirimir las diferencias, y pasó a un cuarto intermedio.
Después de 15 minutos se reanudó la audiencia. El juez reiteró la pregunta al imputado, quien esta vez dijo estar de acuerdo con la condena impuesta. Tras ello se homologó el acuerdo y se leyó el veredicto.
El magistrado finalmente condenó a Cristian D. C. a “15 años de prisión de cumplimiento efectivo” como autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual agravado por acceso carnal, por el vínculo y por haber aprovechado una situación de convivencia preexistente con las menores, por el uso de arma de fuego, gravemente ultrajante, todos en concurso real.
