El director, autor y director rosarino Lauro Campos estrena hoy “Pobre mundito perturbado”, la que será su tercera incursión en el teatro por streaming luego de “Lauro dice a Lorca” y “Il pianto della Madonna”. En diálogo con Escenario, Campos contó que esta nueva apuesta a ese formato lleva el título de uno de sus libros y que durante el espectáculo intenta “mostrar los conflictos que perturban al hombre en su devenir por este pobre mundito en el que vivimos y al que destrozamos”.
En ese sentido, añadió: “Reduje a cinco esos conflictos: los que surgen del amor, de la propia tragedia que generalmente transformamos en humor, los nacidos de la sexualidad, los que surgen del mal que hacemos al otro, voluntaria o involuntariamente. Y finalmente, este conflicto que se ha acentuado en esta época de encierro y que ha hecho que clamáramos por terapeutas y líderes religiosos: el miedo a la locura”.
Campos, con más de 60 años transitando los escenarios, manifestó su entusiasmo por el formato virtual al que consideró no sólo como “un género en sí mismo”, sino, además, una herramienta apreciada a nivel personal: “El streaming me ha devuelto de pronto mi lugar como actor, un lugar que yo creía perdido para siempre. Si la pandemia me permite sobrevivir, luego de las restricciones lógicas de tanto tiempo, no creo que vuelva al teatro presencial. No lo extraño. Estoy entusiasmado con este nuevo género que seguiré haciendo. Y haré cine, todo lo que pueda”, aseguró. La obra podrá verse hoy, a las 21, por la plataforma www.enprimerafila.com.ar.
AVANCE POBRE MUNDITO PERTURBADO
¿Cómo surge la idea de este nuevo trabajo?
En 2010 Ediciones Deldragón de Buenos Aires publicó mi libro “Pobre mundito perturbado” (no solo cuentos). Fue la primera vez que una editorial de Buenos Aires se había interesado en un texto mío y eso provocó mi desesperación por poner en él todo lo que me parecía interesante. De ese modo resultó un librito desmesurado aunque encantador porque a través de esos personajes que sufrían tantas perturbaciones de todo tipo, si bien la gente no podía creer que asomaba mi psicología, yo sonreía porque en verdad allí estaba yo.
¿La obra es una versión de ese libro?
”Pobre mundito perturbado” que, aunque lleva el título de mi libro no es una versión del mismo. O sí lo es en el sentido de mostrar los conflictos que perturban al hombre en el devenir por este pobre mundito en que vivimos y al que destrozamos. Yo los reduje a cinco, a esos conflictos: los que surgen del amor, los que surgen de la propia tragedia que generalmente transformamos en humor, los nacidos de la sexualidad, los que surgen del mal que hacemos al otro, voluntaria o involuntariamente. Finalmente, este conflicto que se ha acentuado en esta época de encierro y que ha hecho que clamáramos por terapeutas y líderes religiosos: el miedo a la locura. Estos cinco tipo de conflictos conforman un streaming entretenido, dividido en dos partes y que dura alrededor de una hora, con textos de numerosos autores y en el transcurrir de un encuentro, de una charla entre los espectadores y yo. Fernando Foulques puso todo su delirio en las cámaras logrando la belleza en lo simple. Y esta vez me asistió en vestuario y atrezzo, Paula Corvalán, mi hija.
Después de tantos años de teatro presencial, ¿cómo te relacionaste con el streaming?
La pandemia y mis tragedias personales hicieron de esta época un tiempo de despojo. De pronto me quedé sin teatro, como todos los teatreros, pero además sin el amor de mi vida cuya enfermedad yo había cuidado hasta entonces, sin ánimos ni luces. De pronto Fernando Foulques, que inauguraba una plataforma para streaming, palabra que no sabíamos qué quería significar y que aún muchos no saben su verdadero alcance, me muestra sus trabajos con Nelson Cocaloto, trabajos impecables de ópera pero además de una filmación insospechada, no insospechada en Fernando que ya había filmado mi obra “El camino del elefante”, sino insospechada en este nuevo género donde yo había visto cosas simples y de sencillo entretenimiento. Y me dijo: “Quiero que hagas un streaming de media hora para que esté en la plataforma, diciendo los poemas de Lorca”. Así nació “Lauro dice a Lorca” que fue visto por un número inimaginable de espectadores y que se transmitió durante la eterna cuarentena.
El streaming es esa rara mezcla que incluye el repentismo del teatro, el delirio del cine, la calidez de la poesía, el esteticismo de la plástica, y que muchos ven como algo que suple el teatro en esta época nefasta. Y no es así. El streaming es un género en sí mismo El streaming es esa rara mezcla que incluye el repentismo del teatro, el delirio del cine, la calidez de la poesía, el esteticismo de la plástica, y que muchos ven como algo que suple el teatro en esta época nefasta. Y no es así. El streaming es un género en sí mismo
¿Cómo fue la repercusión de ese primera incursión?
Fue tan notorio el éxito, tanto estético como de público, que allí mismo pactamos un segundo. Pero cuando se aproximaba Semana Santa, a mí se me ocurrió producir en la plataforma “Il pianto della Madonna”, de Iacopone da Todi, un monje de la Edad Media, antecedente valioso del teatro italiano. Y lo hice en forma gratuita en dos versiones, en castellano y en italiano. El resultado fue insospechado también: casi mil espectadores se acercaron a ver las versiones y los elogios abundaron. Hubo escuelas tanto de teatro como de las otras, que les hacen ver a sus alumnos la producción como antecedente teatral. Pero luego fue necesario cumplir con aquel compromiso de hacer un nuevo streaming, esa rara mezcla que incluye el repentismo del teatro, el delirio del cine, la calidez de la poesía, el esteticismo de la plástica, y que muchos ven como algo que suple el teatro en esta época nefasta. Y no es así. El streaming es un género en sí mismo y es una pena que algunos hayan desperdiciado investigar y arriesgar con este género. Otros lo hemos experimentado seriamente. Solo nombro uno, Sebastián Villar Rojas.
¿Sos optimista con respecto al futuro del streaming?
El streaming me ha devuelto de pronto mi lugar como actor, un lugar que yo creía perdido para siempre. Y mi tarea ha valido el compromiso futuro para dos películas y dos streamings más a lo largo del año. Si la pandemia me permite sobrevivir, luego de las restricciones lógicas de tanto tiempo, no creo que vuelva al teatro presencial. No lo extraño. Estoy entusiasmado con este nuevo género que seguiré haciendo. Y haré cine, todo lo que pueda, porque recordemos que cuando salgamos de la pandemia, yo seré un señor muy mayor. Y viajaré todo lo que pueda, claro. Lo que vemos y disfrutamos en un viaje, es finalmente, lo único que nos llevamos de este tránsito por este pobre mundito.