La inseguridad también atraviesa a la noche rosarina. Y afecta especialmente a los jóvenes que salen a divertirse. Tanto que el 57 por ciento de los encuestados por el municipio vivió una situación de violencia o robo en los últimos meses. Para la Intendencia, se trata de “un dato clave al momento de planificar la reforma de la nocturnidad, para saber dónde focalizar los controles y la sugerencia de mayor presencia policial”, apuntó el subsecretario de Gobierno, Claudio Díaz.
Del total de jóvenes que vivió una situación de violencia o robo en la noche, el 46 por ciento lo padeció al regresar a su hogar en colectivo. Y el 25 por ciento mientras volvía a su casa caminando.
Para Díaz “el impacto de la inseguridad en la noche es un elemento que hay que tener en cuenta en la reforma de la regulación nocturna. Si bien desde la legislación y el accionar municipal no se soluciona esa problemática, se pueden adoptar algunas medidas como para atenuarlo”.
Según el funcionario de la gestión de Mónica Fein, “si sabemos cuáles son los lugares más concurridos, los horarios de salida, la forma de diversión previa y posterior a los boliches, se pueden orientar más patrullajes de la Guardia Urbana Municipal (GUM) y de la policía a determinadas zonas para reducir esos indicadores”.
A criterio de Díaz, “movilidad y seguridad son dos ejes clave a tener en cuenta de la reforma de la legislación local de la nocturnidad. También todo lo que ocurre en el entorno de los boliches y bares nocturnos, que afectan la convivencia con los vecinos”.
El subsecretario de Gobierno se mostró confiado en que el Concejo pueda arribar pronto a un consenso sobre los cambios en la normativa que regula la actividad nocturna.
Al respecto remarcó que el interbloque oficialista impulsa en la comisión de Gobierno cambios que fueron sugeridos por el Ejecutivo mediante un anteproyecto que ingresó al Palacio Vasallo semanas atrás.
Entre otros aspectos, el municipio propuso sanciones más severas, con caducidades inmediatas de las habilitaciones a los empresarios que incumplan la norma. Además se promovió una simplificación de los rubros y se buscará eliminar la diferenciación entre locales con o sin actividad bailable para facilitar los controles. También se sugirió unificar el horario de cierre de todos los espacios con movida nocturna.
La Intendencia pretende ir hacia un esquema con “establecimientos con actividad permanente, como bares, boliches, salones de fiestas; los no permanentes que puede ser un baile que se pretende autorizar en un club un fin de semana y los transitorios, que podría ser un circo que llega a la ciudad por un mes”.
Según Díaz, la diferencia entre determinadas categorías no es menor ya que se exigen en algunos casos más medidas de seguridad y hasta se establece la obligatoriedad de consultar la opinión de los vecinos, que pueden frenar el proyecto si juntan una determinada cantidad de firmas en contra.