La mujer que cuidaba la canchita de Dorrego y Presidente Quintana y prendió las luces del predio apenas ocurrió el triple crimen de villa Moreno, dijo ayer en el marco del juicio oral y público que alcanzó a ver a "una persona que salía para el lado de calle Biedma con un chaleco (antibalas) de policía. Como a las cuatro de la mañana escuché muchas ráfagas de tiros. No entendía nada. Agarré para el lado del banco y prendí el tablero de luz del baño de hombres que ilumina la cancha y vi a los chicos", refrescó la vecina sobre los momentos posteriores a la ejecución de Jeremías Trasante, Claudio Suárez y Adrián Rodríguez.
La canchita del Club Oroño es como el patio de su casa, conocía a los pibes que todas las tardes corrían detrás de la pelota un rato y después se tomaban un par de gaseosas en los mismos bancos donde acribillaron sin razón a Jere, Mono y Patom.
Norma G. llegó ayer a Tribunales para atestiguar en el marco del 7º día de debates. De su relato se pudo inferir que por segundos no se topó cara a cara con el grupo homicida, aunque brindó ciertos rasgos de uno de ellos.
Delante de los cuatro acusados, Sergio Gustavo "El quemado" Rodríguez, Daniel Alejandro "Teletubi" Delgado, Brian Ismael "Pescadito" Sprío y Mauricio Ezequiel "Maurico" Palavecino, la mujer brindó su testimonio.
No entendía nada. "Escuché muchos tiros, yo ya estaba acostada, pero antes de salir vi gente pasar. No entendía nada en ese momento. Salí para el lado de Dorrego y después vi una persona que iba para el lado de Biedma, para los árboles. Tenía chaleco de policía, allí había luz por eso lo vi. Agarré para el lado de los bancos y escucho que la gente empieza a gritar. Prendí la luz del baño de hombres que ilumina la cancha, y ahí estaba los chicos", indicó.
Esa referencia de Norma al "hombre con chaleco" reafirma otras declaraciones testimoniales en el marco de la pesquisa sobre Brian "Damiancito" Romero, el joven de 20 años que según la pesquisa estuvo con el grupo pero evitó el juicio oral que se sustancia en estos días, ya que admitió la su culpa y fue condenado un juicio abreviado a 8 años de prisión.
Aunque intentó disimular y negó tener "miedo", bajo un evidente estado de nerviosismo declaró un vecino de "El quemado". Dijo que vio a Rodríguez en la puerta de la casa horas después de la masacre dentro un Ford Focus gris mientras su mujer acarreaba bolsos. Ese fue la última vez que se vio al principal imputado, que sería detenido dos semanas después en Santa Elena, provincia de Entre Ríos.