La de ayer es la tercera gran caída de Ariel Máximo Cantero, el hombre que lidera el clan familiar del barrio La Granada que le dio forma y vida a la banda de Los Monos tras pelear y ganar un par de batallas por el control del delito en el sur rosarino, desde donde extendió sus tentáculos a todos los puntos de la ciudad.
• El 30 de marzo de 2010 la policía lo detuvo en su casa de Caña de Ambar al 1800 en el marco de un megaoperativo en el que se ejecutaron 12 órdenes de captura en los barrios Las Flores y La Granada, en el extremo sur de la ciudad. El objetivo era dar con los asesinos de Walter Cáceres, el chico de 14 años baleado el 4 de febrero de ese mismo año en una emboscada a colectivos de la barra brava de Newell's Old Boys en la autopista Rosario-Buenos Aires. Aquel día también cayó su hijo Claudio Ariel, conocido como "Pájaro", quien fuera asesinado el 26 de mayo de 2013. A pesar de ser acusados de manejar el negocio de la droga, en esos procedimientos no se encontró ni un gramo de estupefaciente. No obstante, cómo anécdota de ese operativo quedó el secuestro de 14 kilos de monedas que "fue más fácil pesarlas que contarlas", como dijo un oficial. Por entonces, el padre de la familia tenía un pedido de captura por incumplir una salida transitoria en 2007, cuando estaba preso en la cárcel de Coronda. Ni El Ariel ni su hijo apodado "Guille", actualmente preso como uno de los líderes de la banda, llegaron al juicio oral que se hizo por el crimen de Cáceres ya que fueron sobreseídos por falta de pruebas.
• El 26 de octubre de 2004, en tanto, El Ariel fue apresado por agentes de la Agrupación de Unidades Especiales en una humilde vivienda de Pasaje 1819 y Rouillón, en el extremo sudoeste de la ciudad. Lo habían detectado unos 20 días antes y montaron sobre él "una vigilancia secreta y permanente que controlaba todos los movimientos", dijo aquel día el comisario mayor Alejandro Franganillo, quien lo había divisado acompañado por cuatro secuaces, entre ellos su hijo Claudio. Con la misma camiseta de Newell's Old Boys que llevaba puesta, se entregó sin oponer ningún tipo de resistencia.
Por entonces pesaban sobre él cuatro pedidos de captura: uno de la Justicia federal de Corrientes, donde se lo juzgó en ausencia en el año 2000 y se lo condenó a 4 años y medio de prisión por transportar 91 kilos de marihuana con destino a la ciudad de Rosario; otro del juzgado Correccional 10 de Rosario donde una mujer de Las Flores ligada a la eterna banda rival de Los Garompas lo había denunciado por amenazas coactivas; un pedido de Instrucción 3 por el homicidio de Fernando Omar Corso, un lugarteniente de esa banda enemiga de 26 años cuyo cuerpo apareció el 30 de marzo de ese año mutilado y enterrado en un descampado de avenida de Circunvalación y Centeno, a unos 500 metros de la casa donde Cantero fue apresado ese día; y una cuarta causa de Instrucción 6 por el crimen de Germán Alvarez, un pibe de 17 años al que Cantero y sus secuaces fueron a buscar hasta la villa de bulevar Avellaneda al 4500 el 7 de julio de 2010 y sobre quien descargaron varios disparos, que también alcanzaron a herir a otro menor.
Murió tras ser baleado y agonizar doce días
Luciano "Luchito" Jara, uno de los tres muchachos baleados a la salida de un boliche de Pichincha la madrugada del domingo 10 de mayo, murió pasada la medianoche de ayer en el hospital Centenario. Jara, de 22 años, había sido atacado desde un auto negro cuando estaba junto a tres amigos en las inmediaciones del boliche Loft, en Riccheri 33 bis. La causa, caratulada ahora homicidio agravado por el uso de arma de fuego, es investigada por el fiscal de la unidad de homicidios Ademar Bianchini.
Si bien una de las hipótesis más fuertes es que la balacera se produjo tras un incidente ocurrido dentro del boliche por rivalidades futboleras entre canallas y leprosos, desde la fiscalía no descartaron otras líneas investigativas. Una de ellas estaría ligada a un pistolero de amplio prontuario en la zona sur de la ciudad que también participó de la gresca dentro del local. "La gente que anda en el delito no sólo se agarra a piñas o a tiros por problemas del hampa", explicó un vocero. En ese marco, los pesquisas investigan si existe conexión entre un incidente que se produjo minutos después del ataque, en el que otro amigo de Jara fue baleado cuando llegaba al complejo Fonavi en el que reside.
Amigos atacados. Cerca de las 5 de la mañana del domingo 10 de mayo Daniel Chazarreta, de 25 años; Luciano Jara, de 22; y Sergio Cronac, de 26 años, estaban en las inmediaciones de una de las puertas de Loft cuando fueron atacados a balazos desde un Volkswagen Gol Trend negro, según relataron testigos. Fuentes allegadas a la pesquisa indicaron que "no hay nada que vincule al hecho con el boliche. Además, los que van a la disco entran a partir de las 2 por Riccheri y salen por Ovidio Lagos". Los tres recibieron impactos de bala. Jara recibió un tiro que le perforó el lado izquierdo del tórax y fue a parar al hospital Centenario. Una hora más tarde, Genaro "Chelito" G., de 19 años, llegó al Hospital de Emergencias trasladado por el Comando Radioeléctrico con un tiro en la pelvis.
Eva, la madre de Sergio Cronac, contó que la balacera se desencadenó por una gresca ocurrida en las inmediaciones de Loft. "Uno de los heridos es amigo de mi hijo. En el boliche hubo una pelea. No sé los motivos ni quiénes se pelearon, pero Sergio no tenía nada que ver. Quien tuvo el problema es otra persona", explicó la mujer. "Pasaron dos pibes de Newell's que habían cobrado adentro y tiraron desde un Volkswagen Gol Trend negro", explicó un testigo del ataque. Y agregó: "Chelito se tomó un taxi y lo siguieron. Apenas se bajó en la puerta del Fonavi le dispararon como siete veces" en presunta venganza.
Ayer el fiscal Bianchini se mostró cauto, esquivó el convite a la hora de charlar con la prensa y pidió cautela para hablar del móvil que dio pie a la balacera. Por un lado, en las calles circuló que en la gresca previa dentro del boliche tomó parte un reconocido pistolero de zona sur identificado con el azul y amarillo de Rosario Central. Los mismos voceros indicaron que Jara y sus amigos tenían vinculación con ese peso pesado. Lo que se desconoce es si esa relación surgió por la disputa entre hinchas de Central y Newell's o si había trato anterior. "En estos casos hay que respetar los tiempos de la investigación y no irse detrás de nombres rutilantes, porque faltan tomar declaraciones para clarificar el móvil. La muerte de Jara lo que hace es cambiar la caratula del caso. En el resto se sigue trabajando", indicó la fuente.