El abanico fue amplio en todos los sentidos. Las más jóvenes superaban apenas
los 16 años y el mayor cumplirá cien en días. La mayoría trabajó en silencio, pero hubo quienes
coparon la atención del país. Sin funcionarios ni vedettes, este año fueron historias de
solidaridad y trabajo, de indiscutida trayectoria, de dedicación y de aguerrida defensa de quienes
ven vulnerados sus derechos, las que convirtieron a estas 16 personas en los Personajes 2008 de
La Capital.
El Museo del Diario fue el sitio donde los convocados, elegidos por los
periodistas, recibieron su galardón: una serigrafía con la imagen de la imprenta que estampó en
1867 el primer ejemplar de La Capital.
En el acto, conducido por Mariela Spirandelli, sobraron los agradecimientos,
hubo dedicatorias, ojos emocionados y aplausos de pie.
Los ignotos eran mayoría. Acostumbrados "al silencio", como dijo Patricia Gómez,
representante de los médicos de La Higuera que hace tareas humanitarias en todo el país.
Pero no fue la única. Mirta Pellerino llevó su historia, esa que tras perder un
hijo en un accidente de moto transformó su trabajo de inspectora de tránsito en el de "educadora"
para prevenir las 24 muertes evitables que se producen a diario en el país. Junto a ella estaba
Marisa Bollatti, quien lleva diez años al frente de la Asociación de Jóvenes con Síndrome de Down
peleando para que sean respetados sus derechos.
Y si de derechos se trata, José Peralta, de la Asociación de Viviendas Fonavi,
dio el ejemplo este año peleando por la regularización de quienes habitan en viviendas sociales.
Pero sin duda la historia de solidaridad fue la de Mercedes y Bruno, tan sencilla como vital: él
necesitaba un trasplante y ella le donó uno de sus riñones.
El polémico. Aunque lleva una década al frente de la Federación Agraria, Eduardo
Buzzi está desde marzo en el ojo de la tormenta, despertó tantos rechazos como adhesiones y sin
duda fue protagonista.
Con otro perfil se sumó Federico Seineldín, que desde su firma de informática,
Openware, impulsa la responsabilidad social empresaria.
Empuje. Algunos son apenas adolescentes pero sumaron méritos de vidas adultas.
Florencia Genaro, una modelo de 17 años, ya conquistó las capitales de la moda mundial. Otro que
hizo historia más allá de las fronteras fue Carlos Espeleta, el pesista que conquistó la única
plaza en su categoría en los Juegos Olímpicos de Beijing.
Solange Picciau Loinaz, en cambio, quiere conquistar el cielo. Con 16 años y
primera mujer abanderada del Liceo Aeronáutico con promedio de 9,49, no va a parar hasta ser piloto
de la Fuerza Aérea.
Artes. La música y el teatro tuvieron sus protagonistas. Entre los de
inobjetable trayectoria estaban el director del Coro Estable y creador del Promúsica, Cristián
Hernández Larguía; y el actor, director y autor, Mirko Buchín.
A ellos se sumó Derna Isla, la cabeza de la Escuela Orquesta del Barrio Ludueña,
integrada por 140 chicos y 32 docentes. Un proyecto que funciona desde 2004 y que se sostiene con
el voto de los vecinos en el Presupuesto Participativo.
Y entre los artistas anónimos estaba Mario Sosa, un violinista que comenzó su
carrera a los 65 años y ahora, a los 75, integra dos orquestas de la ciudad.
Compromiso. Cumplir en pocos días los cien años es todo un mérito, pero no es el
único del dermatólogo Augusto Mercau. No sólo atendió en su clínica hasta hace poco, sino que
además creó el servicio de leprología del Hospital Carrasco, donde trabajó 40 años.
Damián Lavarello, en tanto, da batalla desde el Programa Municipal de Sida a una
de las peores epidemias y este año creó el primer consultorio para transexuales y travestis.
Todas sus historias merecen ser reconocidas. Por eso, aquí están. Click. l