Iván Silva transita por un momento de orgullo pleno y felicidad extrema. El primer objetivo trazado en sus inicios, cuando empezó a corretear detrás de una pelota, se le cumplió: debutar en primera. Su rendimiento fue satisfactorio y por eso el técnico le ratificó la confianza y mañana frente a San Lorenzo otra vez formará parte de la formación principal. Y esto a pesar de que Villalba, uno de los dueños del puesto, se recuperó. “Estoy contento porque se me dio y por todo el esfuerzo que vengo haciendo”, fue la primera expresión del entusiasmado juvenil.
Aún le quedaron retumbando en la cabeza aquellas sensaciones del debut con el Tomba, cuando “me sentí muy bien. Antes de arrancar el partido mis compañeros me hablaron mucho para que juegue tranquilo y para que lo disfrute”.
“La vengo peleando desde hace once años acá y con mucho esfuerzo se dio el debut que tanto esperaba”, sostuvo. Y hubo algo más que completó el combo de emociones porque la gente le dio un aprobado. “Sentí los aplausos, agradezco a la gente por darme confianza y poder jugar tranquilo”.
El pibe que hasta hace pocos días observaba con admiración las prácticas del plantel de primera y se codeaba de cerca quizás con algunos de sus ídolos, hoy comparte vestuario y equipo. “Es un orgullo entrenar con ellos porque son jugadores de experiencia que saben mucho y hablan continuamente”.
Silva dejó en claro que puede jugar de cinco sin ser acompañado porque “me siento cómodo, aunque tampoco tengo problemas para jugar con alguien al lado”.
Por último, dijo: “Adelante tengo a dos cinco muy buenos como son Mateo y Villalba, trato de entrenar día a día y demostrarle al entrenador que estoy para jugar”.