La Unión Europea acordó poner en marcha negociaciones con Cuba para incrementar el comercio, las inversiones y el diálogo sobre derechos humanos, en su cambio más importante hacia el régimen de isla desde que Bruselas levantó las sanciones diplomáticas en 2008. La llamada "posición común" europea, instaurada en 1996, seguirá vigente pero en modo concidional. El diálogo estará sujeto a avances en Cuba en materia de libertades y derechos humanos, pero sin el mecanismo de bloqueo que imponía la posición común. La UE es el mayor inversor extranjero en Cuba, y su segundo socio comercial. La jugada pretende posicionar a las empresas europeas en primera línea en caso de una apertura económica y política en La Habana, algo que por ahora no parece factible pero que la crisis económica que aflige a la isla podría imponer a la cúpula comunista.
Luego de más de un año de discusiones, los ministros de Relaciones Exteriores de la UE decidieron buscar mejores relaciones con La Habana para apoyar las reformas orientadas al mercado de Raúl Castro y así posicionar a las empresas europeas en caso de alguna transición hacia una mayor apertura en la economía. "Estas negociaciones ayudarán a consolidar nuestro compromiso con Cuba", dijo la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton. "Espero que Cuba acepte esta oferta", apuntó.
Los negociadores de la UE pretenden lograr puntos en común en el llamado Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación para fines del 2015 y Cuba ha señalado que estaría en disposición de firmar. Aunque la inversión de la UE en Cuba y el progreso hacia la democracia bajo el régimen de la isla no está previsto que cambien radicalmente en un futuro próximo, la búsqueda de un acuerdo pone de relieve los lazos más cercanos entre el bloque europeo y la isla.
Funcionarios de la UE han reiterado empero que los derechos humanos serán fundamentales en las negociaciones. Las autoridades de Cuba indicaron que "todo podría estar en la mesa", incluyendo los derechos humanos, que el gobierno de Castro viola rutinariamente bajo su régimen de partido único.
"Ese fue el mensaje en el comienzo mismo del proceso, pero, por supuesto, ahora tenemos que establecer agendas y los temas más difíciles van a salir", dijo el embajador de la UE en Cuba, Herman Portocarero. Cuba y la Unión Europea comparten un "terreno común" en los derechos sociales y colectivos, pero difieren en los derechos individuales.
El sistema unipartidista de Cuba restringe la libertad de expresión y condena a la oposición a ser una mera "disidencia" ilegal y perseguida. El funcionario de la UE negó cualquier sugerencia de que Bruselas estaba tratando de "comprar" las reformas democráticas en Cuba, mientras dijo que la ayuda de la UE a La Habana se mantenía en los niveles actuales.
Según cifras de la UE, Cuba ha recibido cerca de 80 millones de euros en ayuda para el desarrollo de la UE desde 2008. La Unión Europea es el principal inversor extranjero y el segundo mayor socio comercial después de Venezuela. Un tercio de los turistas que visita la isla procede de los 28 países de la UE.
Según analizaba ayer el diario El País, de Madrid, la medida supone el inicio del deshielo de las relaciones. Bruselas ahora podrá negociar abiertamente con el régimen para firmar un acuerdo bilateral que regule el diálogo, los acuerdos comerciales, la cooperación y cualquier otro elemento que interese a ambas partes, según explican distintas fuentes diplomáticas.
Es que hasta ahora, y por la vigencia de la "posición común", la Unión Europea no tenía ningún canal de comunicación abierto con el gobierno cubano. Como cualquier avance estaba condicionado al avance en materia de derechos humanos, en la práctica esto implicaba un bloqueo de las relaciones entre Bruselas y La Habana, algo que ciertamente no se aplica a otros regímenes autoritarios, como China, por ejemplo. Pero la "posición común" sigue vigente aunque está por el momento desactivada, a la espera de cómo se desarrollen las negociaciones. Los países del Este de Europa fueron los más reacios a esta apertura, dados sus antecedentes históricos (todos ellos padecieron el comunismo en carne propia durante la Guerra Fría). También Alemania se sumó a mantener la posición común, aunque sea congelada.