Una nueva interna mantiene al radicalismo al rojo vivo a partir de las precandidaturas presidenciales de Julio Cobos y Ernesto Sanz, y la convivencia en el partido suma tensión en el arranque de la campaña para las elecciones de 2015.

Una nueva interna mantiene al radicalismo al rojo vivo a partir de las precandidaturas presidenciales de Julio Cobos y Ernesto Sanz, y la convivencia en el partido suma tensión en el arranque de la campaña para las elecciones de 2015.
Tal como ocurrió en las últimas presidenciales, cuando hubo tres precandidatos, la UCR vuelve a jugar ahora a dos puntas y la división de aguas en el partido está firmemente marcada para lo que será, después del Mundial, el comienzo de las actividades de campaña.
En uno y otro sector coinciden: hoy Sanz tiene el apoyo de la estructura partidaria y Cobos mejor intención de voto en las encuestas fuera de las filas de la UCR, un escenario que marca el punto de partida para la batalla interna.
"La estructura no puede ir en contra de la gente", señalan en el entorno de Cobos, mientras que en el sector de Sanz sigue el rencor hacia el ex vicepresidente y sus referentes insisten en que de ninguna manera le "entregarán el partido" al ex radical K.
Con el apoyo del ex candidato presidencial Ricardo Alfonsín, en el cobismo confían que la brecha en las encuestas se ampliará con el avance de la campaña y aseguran que Sanz no tendrá más opción que bajar su candidatura a fin de evitar la división del voto radical en las primarias del Frente Amplio Unen (FAU), que podría beneficiar al precandidato socialista, Hermes Binner.
"Más allá de diciembre Sanz no puede pasar. Nadie se va a suicidar por él", insisten en el entorno de Cobos, al remarcar que muchos de los dirigentes que apoyan la candidatura del senador mendocino tienen sus propios desafíos provinciales en las próximas elecciones, para lo cual deberían contar con el apoyo del presidenciable más competitivo.
El fantasma del líder del PRO, Mauricio Macri, también metió la cola en la interna: Sanz siempre se mostró más permeable a la idea impulsada por la diputada Elisa Carrió para avanzar en un acuerdo con el macrismo, aunque por presión interna el tema por el momento fue dejado a un lado.
Que se haya suspendido no significa, sin embargo, que el proyecto de sumar al PRO esté abandonado y la idea de reflotarlo podría ampliar la división en el radicalismo, que ya tiene una centenaria historia de rupturas y enfrentamientos internos.
Uno de los primeros terrenos de batalla será la provincia de Buenos Aires, donde el comité debe renovar autoridades en septiembre próximo: todo indica que finalmente habrá un acuerdo político para evitar internas y que el partido seguirá en manos del alfonsinismo.


