El bien más cotizado en la saga de los migrantes que arriesgan sus vidas tratando de llegar a las costas europeas son las decrépitas embarcaciones pesqueras. Italia le ha pedido a Estados Unidos que suministre aviones no tripulados (drones) que puedan identificarlas antes de que se lancen a la travesía del Mediterráneo con su sobrecarga de migrantes. Sin embargo, anticipando cada paso europeo, los contrabandistas de seres humanos están usando ahora una táctica nueva, más barata y más peligrosa: botes de goma, que a veces comienzan a desinflarse antes de llegar a Italia.
Esto apunta a las dificultades que enfrentan los líderes europeos a la hora de lidiar con la principal herramienta de los traficantes: las embarcaciones que transportan a los migrantes desde Libia. Confiscar o hundir las embarcaciones antes de que las aborden los migrantes podría mellar una "industria" multimillonaria. Pero los contrabandistas siempre encuentran nuevos métodos. Los botes de goma son el más reciente.
Sobrecarga humana. Con apenas 12 metros de eslora, estos botes tienen capacidad para 20 pasajeros. Pero los socorristas los sorprenden con frecuencia creciente con más de 100 personas a bordo, y piensan que muchos se hunden sin que nadie lo advierta, lo que se suma al saldo registrado de 1.700 muertos y desaparecidos en lo que va de este año.
La nueva tendencia a usar botes de goma con motor fuera de borda puede ser imposible de frenar. Almacenados sin aire, los botes son difíciles de detectar incluso para los drones. Y no toma mucho tiempo inflarlos de noche en las vastas playas desiertas de Libia para cargarlos con migrantes.
Información suministrada por Frontex —la agencia fronteriza de la Unión Europea— indica que los botes han sido fabricados en China y Taiwán. Pero las autoridades no saben cómo están llegando a Libia. Incluso si lo supieran, frenar el envío de esos botes a clientes en Libia puede ser difícil de lograr legalmente, advierte Mark Shaw, director de la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, con sede en Ginebra. "Libia es un paraíso para los contrabandistas y los botes inflables son una embarcación barata y desechable'', dijo Shaw, que además es profesor de criminología en la Universidad de Ciudad del Cabo. "Para las personas en ese negocio, adquirirlos es pan comido. Traerlos en un contenedor no sería especialmente difícil''.
De madera. Las embarcaciones pesqueras de madera siguen siendo un medio de transporte preciado porque tienen capacidad para muchas más personas que los botes de goma, aunque bajo estándares normales apenas están en condiciones para navegar. Los contrabandistas libios valoran tanto estas embarcaciones que ahora están despachando lanchas rápidas para recuperarlas una vez que los migrantes a bordo son rescatados por las embarcaciones que trabajan para Frontex.
La ministra de Defensa de Italia, Roberta Pinotti, quiere que drones estadounidenses ayuden a identificar las embarcaciones cuando están desocupadas en costas libias. Y el oficialista Partido Popular de España dice que hundirlos antes de que partan puede ser una opción. La caótica Libia, que no tiene un gobierno funcional, es el principal punto de partida a través del Mediterráneo para sirios y africanos subsaharianos, que tratan de llegar a Europa.
Túnez, clave.Túnez, país que era la principal base de salida para migrantes hace algunos años, es un abastecedor clave de embarcaciones de goma para los contrabandistas, de acuerdo con Frontex. La agencia europea Frontex aduce que no sabe cómo los traficantes obtienen los botes tunecinos. Y la gente implicada en el tráfico interrogada en Italia no da detalles, según contó Antonino Ciavola, jefe de la unidad policial de despliegue rápido en Ragusa, Sicilia, una base para prestar auxilios a los migrantes.
Amnistía reclama patrullar cerca de Libia
Los esfuerzos europeos para salvar la vida de los inmigrantes que se ahogan en el Mediterráneo deben incluir operaciones de búsqueda y rescate cerca de las costas de Libia, reclamó Amnistía Internacional, en momentos en que miles de personas llegan a Italia desde el norte de frica.
La Unión Europea se vio impulsada a actuar esta semana pasada por un naufragio que dejó entre 700 y 950 muertos, y prometió triplicar el presupuesto de su misión marítima, que había reemplazado a una operación italiana más amplia. Pero las diferencias de opinión sobre la política migratoria llevaron a que la operación Tritón de la UE no tenga un mandato explícito de búsqueda y rescate cerca de la costa libia, donde el extinguido programa italiano Mare Nostrum hizo gran parte de su trabajo el año pasado.
"Sólo vemos a esta misión patrullando alrededor de las fronteras de Italia. Pero todos estos botes que hemos visto hundirse han estado viniendo desde más lejos, más cerca de Libia, y esos botes simplemente no están llegando a esa zona", lamentó la directora adjunta para Europa de Amnistía Internacional, Gauri Van Gulik.
El naufragio del 19 de abril casi duplicó la cifra de 2015 de muertos en el mar, llevándola a más de 1.800, y se cree que es el desastre migratorio más trágico en décadas en el Mediterráneo.
El capitán de la embarcación, un tunecino, está acusado de provocar que el barco pesquero chocara con un buque mercante portugués que se acercó a asistirlo. Se cree que los pasajeros se corrieron en masa a un flanco del bote, lo que llevó a que se hundiera.