Con un alerta meteorológico por tormentas y vientos fuertes, renovado y vigente, y la recomendación municipal a la población de no salir de los hogares ni circular por las calles, Santa Fe espera para hoy todavía un día complicado en materia climática. Los pronósticos auguran precipitaciones intensísimas al menos hasta mañana jueves. Malestar y nervios los vecinos que llevan 48 horas sin luz o sin agua, y en muchos casos sin ambas. Piquetes de protestas con cortes de calles o rutas fue la postal de ayer cuando cesó la lluvia.
Sin haberse recuperado del todo de los intensos daños de la feroz tormenta que azotó Santa Fe y al menos una docena de localidades en la zona metropolitana con vientos que alcanzaron los 150 kilómetros por hora, ayer se sumó una intensa lluvia que agravó la situación en algunas zonas.
Desde la cero de ayer y hasta pasadas las 10, otra fuerte tormenta volvió a abatirse sobre la zona. En la ciudad de Santa Fe cayeron 88 milímetros en una persistente e ininterrumpida precipitación. El mismo fenómeno tuvo su máxima manifestación en la ciudad de Rafaela, donde la lluvia registró más de 180 milímetros.
Pese a que tanto la Empresa Provincial de la Energía (EPE) como el municipio mantienen a todos sus operarios en las calles en operativos extraordinarios para recolectar árboles dañados, postes de luz, cables cortados y demás secuelas de la tormenta del domingo, sin dar abasto, la nueva lluvia complicó las tareas al anegar numerosas calles. La lluvia, que recién cesó cerca del mediodía de la víspera, hizo temer por un posible desborde de los reservorios.
Desde la inundación de 2003, la ciudad mantiene grandes espacios sobre su margen oeste y al menos uno sobre el este para desaguar el excedente pluviométrico. Si esas depresiones del terreno se llenan y desbordan se anega parte de la ciudad con escasa posibilidad de desagüe, dado que Santa Fe está rodeada de una defensa alta para impedir que ingrese agua cuando crecen los ríos que la rodean.
Supervisión permanente. Desde el Centro de Operaciones se informó que se realiza una supervisión permanente de todas las estaciones de bombeo de la ciudad, que funcionan normalmente. "Las estaciones del oeste funcionan al tope de su capacidad, y las de la costa funcionan con energía asistida por grupos electrógenos. Las cuadrillas municipales realizan tareas preventivas y de limpieza de bocas de tormenta y desagües, y continúan con el retiro de ramas y árboles caídos con la tormenta del domingo", afirmaron desde la dependencia. La mitad de los transformadores de alta tensión que abastecen a las ciudades afectadas salieron se servicio con la tormenta del domingo. Algunas ciudades como Santo Tomé y Sauce Viejo, entre otras, estuvieron más de 24 horas totalmente sin luz. Se estima que una cifra cercana a las 300 mil personas sufrió cortes en el servicio. En la ciudad de Santa Fe salieron de servicio 60 de los 80 distribuidores de media tensión que la abastecen. La EPE buscó resolver esos suministros para recién entonces atender los reclamos domiciliarios: que van desde cortes de cables a caídas de postes.
Piquetes. Ayer, cansados de esperar que volviera la luz —ya llevan más de 48 horas sin energía eléctrica— vecinos de distintos puntos de la capital provincial decidieron realizar piquetes impidiendo el tránsito vehicular en distintas arterias. Los habitantes de Altos del Sauce también se sumaron a la protesta y realizaron un corte sobre la ruta 11.
Otro tanto acaeció en la localidad de Recreo: unas 150 personas bloquearon el paso en la ruta 11 y reclaman el servicio de energía eléctrica. También estuvo interrumpido el tránsito en la autopista Santa Fe-Rosario, mano Rosario, a la altura de la localidad de Barrancas, donde un grupo de vecinos reclamó por el servicio eléctrico. Otro piquete se instaló en la ruta 1, durante varias horas.
