La metabolómica y la bioinformática son dos ciencias que buscan brindar soluciones a la comunidad tras años de desarrollos e investigaciones. En el primer caso, Rosario intenta posicionarse como referente con la instalación de esta técnica al servicio de la salud, un desarrollo científico que a nivel local demandó una inversión inicial de 7 millones de pesos.
Por otra parte, la bioinformática pretende ponerse al servicio de las empresas de la región con la implantación una plataforma nacional que tendrá sede en la ciudad.
La metabolómica se define como una ciencia ómica emergente, que permite obtener un perfil metabólico de una muestra biológica compleja, a través de la combinación de técnicas. Rodolfo Rasia, investigador del Instituto de Biología Molecular de Rosario (IBR) explicó que “el impacto de la metabolómica en la salud humana es algo bastante desconocido y nuestra intención es instalarlo en los efectores de salud local”.
Concretamente, explicó que “la metabolómica es el análisis de los metabolitos en fluidos biológicos y tienen aplicaciones desde lo que es diagnóstico, seguimiento, toxicología, y farmacología, entre otros, porque cualquier cambio en el funcionamiento del organismo va a impactar, o se va a ver reflejado, en un cambio de la composición metabólica de los biofluídos”, y añadió: “Cuando uno analiza esos resultados con las técnicas de la metabolómica, puede entender o correlacionar esos cambios con el estado de salud, la edad, la alimentación de los pacientes”.
Tal como indicó el investigador, se trata de una disciplina novedosa, que no cuenta con antecedentes en la ciudad. Para alcanzar el desarrollo de una plataforma metabolómica o de biología estructural, Rasia explicó que contaron con una inversión cercana a los 7 millones de pesos gracias a la adjudicación lograda en la última convocatoria de la Agencia Nacional de Promoción de Ciencia y Tecnología. “Como la disciplina no está instalada, uno de nuestros mayores desafíos precisamente es concientizar a los actores del sistema de salud sobre las posibilidades y los alcances de esta técnica. Al día de hoy no hay nada, así que tenemos que arrancar desde cero”, deslizó Rasia y agregó: “Estamos convencidos que en un trabajo colaborativo entre el sistema de salud y la actualización científica podemos encontrar algo muy interesante y bueno para la comunidad”.
La plataforma permitirá realizar estudios sobre diferentes procesos biológicos a nivel molecular, a los que es imposible alcanzar con el uso del microscopio, además de posibilitar la visión en tres dimensión de una molécula. Eso no es todo. Esta técnica puede ser proyectada tanto en enfermedades humanas, como en virus y diseños de drogas, entre los más importantes logros que se pueden alcanzar con ella.
“El principal beneficio de contar con esta plataforma es comenzar a hacer algo que hasta ahora no se podía hacer. Veremos cuál es el interés de las instituciones de salud en el tema. Hasta ahora nuestra experiencia se basa en metabolómica vegetal, no conocemos cuál es el interés local, pero intuimos que vamos a tener una buena respuesta, porque la cantidad de aplicaciones que tiene es enorme”, consideró el investigador.
Consultado sobre el apoyo económico, Rasia reconoció que si bien las perspectivas son buenas, la volatilidad del contexto económico los afecta como a cualquier otro sector de la economía. “Nosotros dependemos muchos de insumos e instrumental importado, pero claramente hay intentos de construir una política científica. Somos muchos, y todos necesitamos mucho dinero. No obstante, con esta plataforma tenemos la responsabilidad de introducir esta disciplina en el medio local”, señaló.
Computadoras y biología. Por su parte, Adrián Turjanski dirige el Laboratorio de Bioinformática Estructural en el Inquimae, dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
En su paso por Rosario, aseguró que el uso de las computadoras es trascendental en cualquier actividad, y por supuesto, mucho más en la ciencia. “La bioinformática es ni más ni menos que el uso de las computadoras aplicadas a temas biológicos. Sin embargo, eso nos excede porque alcanza al agro, la biotecnología y la salud. Hoy en día para manejar la información que están trabajando los biólogos en todos los procesos, necesitan de computadoras”, dijo.
Traduciéndolo, significa que a través de las herramientas tecnológicas, los científicos pueden recrear en sus computadoras procesos que ocurren en los organismos, testear futuros medicamentos, estudiar el flujo de la información entre la organización y la regulación de los genes en la secuencia del ADN, la identificación de sus zonas de transcripción, la predicción de la estructura de las proteínas a partir de su secuencia y el análisis de la función de macromoléculas en el organismo.
Como parte de los proyectos más recientes, Turjanski dirige un importante subsidio, de 8 millones de pesos, con el que montó una plataforma bioinformática nacional que además contará con nodos tanto en Rosario como en Córdoba. “Rosario tiene un lugar privilegiado porque está participando en los proyectos más importantes a nivel nacional en bioinformática y además la ciudad es una de las elegidas para la gran plataforma bioinformática que se desarrolla a nivel nacional. Esperamos terminar con la primer etapa cuánto antes. De hecho, cada uno de los nodos ya está funcionando y brindando servicios a varias empresas, pero estamos esperando comenzar a funcionar como una única unidad de gestión”, explicó y añadió: “En Rosario esta sede funcionará en las instalaciones de Indear y la idea es lograr una estructura a través de la cual se puedan brindar servicios bioinformáticos al sector productivo, tanto público como privado. El objetivo es desarrollar la bioinformática, no como disciplina en sí, sino para ayudar a todas las empresas de base tecnológica para que puedan crecer, en particular las vinculadas al agro y biocombustibles”.
En cuanto a la vinculación con el empresariado, el científico consideró que es muy buena. “Las empresas que comprendieron que para poder competir a nivel internacional se necesita un desarrollo tecnológico, y que pueden contar con científicos que son capaces de vincularse con las empresas a un costo cero o tener el capital humano ya formado, vale millones. Asimismo es importante resaltar que esta vinculación es la base para que el país pueda tener recursos para poder ser más equitativo”, consideró Turjanski.
Consultado sobre la aplicación más relevante de la bioinformática, el científico no dudó: “La más importante, y que es un boom a nivel internacional, se le llama medicina personalizada. Se trata de poder secuenciar a las personas, y así, conociendo su información genética (ADN), desarrollar mejores medicamentos. Incluso si queremos usar bacterias o microorganismos para que produzcan algo en particular, siempre el proceso estará atravesado por la bioinformática”.
S.D.