Con entradas agotadísimas, Soledad Pastorutti festejó su vigésima presencia en el Festival Nacional del Folclore de Cosquín, que cumplió su cuarta jornada de esta 56ª edición, con un show sin precedentes por la cantidad de artistas que pasaron por el escenario en una misma noche. La Sole consiguió llenar la plaza Próspero Molina para concretar el festejo de sus veinte años de carrera que comenzó con su irrupción en el escenario de Cosquín del 26 de enero de 1996.
Jorge Rojas, Abel Pintos, Los Manseros Santiagueños, Los Tekis, el Chaqueño Palavecino, Luciano Pereyra, Los Nocheros, Raly Barrionuevo, Yamila Cafrune, Mario Bofill, Marité Verdel, Los Cuatro de Córdoba, Julián Ratti, Orlando Veracruz, Facundo Saravia, Cuti y Roberto Carabajal acompañaron en el escenario Atahualpa Yupanqui a una emocionada y agradecida cantante que los invitó especialmente para este festejo.
"Apurate José" fue una de las primeras en sonar del repertorio signado por sus grandes éxitos. Dos santafesinos fueron los primeros invitados: para "Potrerito de la infancia" invitó a Julián Ratti, y para "Pilchas gauchas" a Orlando Veracruz.
Dos apellidos ilustres del folklore también formaron parte de la fiesta: el ex chalchalero Facundo Saravia con "Si de cantar se trata" y Yamila Cafrune con "De mi madre".
A los doce años, haciendo prensa en Córdoba, conoció a Los Alonsitos, con quienes ofreció "Kilómetro 11", un clásico del chamamé, y otro correntino, Mario Bofill, tuvo su turno con "Cantalicio vendió su acordeón", una canción que hace unos años ganó su premio en la fiesta correntina.
La nómina de invitados se fue extendiendo. Con Los Manseros Santiagueños, que el domingo cierran el festival, cantó "Chacarera para mi vuelta" y con Cuti y Roberto Carabajal "Entre a mi pago sin golpear", dos del repertorio folklórico santiagueño.
Mientras el show iba aumentando en intensidad, Raly Barrionuevo esperaba sentado en el piso al costado del escenario su turno para ingresar a cantar con Soledad "Luna cautiva".
Sin nombrarlo, no había necesidad, arrancó "Esperando tu regreso", el tema con Jorge Rojas, uno de los invitados a su show que este año no cantan en el festival.
Cuando la noche ya se convertía en tan especial como aquella del 96, entró el Chaqueño Palavecino con dos copas de vino para proponerle un brindis y para cantar juntos "La litoraleña".
Con Luciano Pereyra vivió uno de los momentos más cálidos y afectuosos de la noche. "Empezamos juntos y éramos competencia, debe ser la voz más dulce de Argentina", dijo mientras cantaban "Zamba para decir adiós". "Te quiero, te admiro, y como argentino, te amo. Hoy todos somos Soledad Pastorutti", dijo Pereyra.
Intenso. El ingreso de Abel Pintos fue uno de los momentos más esperados de la noche. Fue el único artista invitado que se quedó para un tema más, a pedido de la gente. La bellísima "Tocando al frente" y la improvisada y sin ensayo "Cuando llegue el alba", fueron las elegidas en este tramo. "A ella le debemos que el folclore en aquellos años haya vuelto a ocupar espacios importantes", dijo Abel en la despedida.
La participación de cuatro integrantes de Los Tekis, recordó los inicios, cuando juntos arrancaban en la peña oficial que dirigía César Isella, su padrino artístico.
"Tan referentes eran para mí, que seguía su repertorio y de ahí sacaba temas", dijo La Sole en la presentación de Los Nocheros con los que cantó "Las moras".
Con la complicidad de Fabián Matus y la generosidad de la familia de Mercedes Sosa, Soledad puso en pantalla a La Negra para reeditar el encuentro en el estudio de ambas cantando "Agua, tierra, fuego y viento", la canción del Paz Martínez que integró el último registro de Mercedes.
Cuando parecía que yo no faltaba nadie a la fiesta, irrumpió en pantalla la figura y la palabra de Horacio Guarany para dejarle un afectuoso saludo.
Todos los invitados, excepto Pintos, Rojas y Barrionuevo, volvieron a escena para el bis. Ya sin discurso, cerró el show con un fragmento de "Luna tucumana".
Exhausta y feliz, después de dos horas y media de actuación, le quedó resto para un bloque final con ritmos norteños que incluyó "Llorando se fue", "El humahuaqueño" y "Tren del cielo".
Con un enorme trabajo de producción, Soledad se transformó en factor de unidad de los artistas del folclore. Que todos estos grandes artistas hayan aceptado la invitación demuestra el reconocimiento a su trayectoria y el gran afecto que genera su personalidad.