Hay dos formas de analizar el 0 a 0 entre Argentina y Colombia en el Monumental. Mirando la tabla de las eliminatorias o proyectando el Mundial. Según el camino que se tome el partido puede cambiar su calificación. Y los puntos neurálgicos del análisis son bien distintos. Si se observa la tabla, ni siquiera vale la pena inmutarse. Más tarde o más temprano, el equipo de Sabella se clasificará. Empatar frente al rival más encumbrado, en cuanto a juego y potencial individual, de la eliminatoria no es para rasgarse las vestiduras. Y menos aún si el equipo juega sin su as de espadas y encima se queda sin su delantero de área antes de la media hora por expulsión. Pero el semblante cambia si se mira al futuro mediato: Brasil 2014. Entonces se podrán enumerar unos cuantos detalles que pueden transformarse en dolores de cabeza si no se corrigen. No obstante, también hubo buenas noticias.
Si Ospina, el arquero visitante, fue una de las figuras de la cancha, es porque Argentina mereció algo más. Pero tal vez ese leve dominio no sea suficiente. De hecho, no alcanzó para ganar.
Hubo una situación azarosa que desnudó una de las debilidades de la selección que hasta ahora se mencionó poco y nada. Higuaín no tiene reemplazo. O mejor expresado. Su función no tiene otro intérprete. Más allá de que el DT decidió adelantar a Di María y no reforzar el juego en el área rival, en el banco no había un centro atacante parecido a Pipita.
El talón de Aquiles. Zuñiga y Armero se hicieron un festín por los laterales. Juegan juntos en Napoli, pero ese no parece ser el fundamento del altísimo rendimiento que tuvieron anoche. Argentina, por cómo se para en la cancha, padece y mucho por los costados. Y todos los equipos que tienen y tengan laterales de buen manejo lo van a complicar muy feo. Anoche se notó mucho más porque Di María fue el alma del equipo, debió jugar de Messi y, obviamente, no pudo hacer siempre la banda como les gusta decir a los entrenadores. Entonces, el punto débil que siempre aparece por uno de los costados, esta vez se duplicó.
La sensación, que puede ser apresurada porque remite a 90' y tiene como única base sólida haber enfrentado a un rival de fuste, es que Argentina hoy debería modificar su esquema sin Messi.
Muy por encima de la actuación consagratoria de Angelito, que cumplió y brilló. Quitarle al ex Central un aspecto tan importante de su funcionamiento debilita al conjunto, más allá de que a él le sirve para ratificar su jerarquía.
Además, sin Messi, Argentina tiene menor posesión de pelota, que vuelve más rápido. Y se potencia la endeblez de contención en el medio y el mano a mano sobre todo de los centrales con los delanteros rivales. Aunque anoche Jackson Martínez no haya figurado y Falcao haya sobresalido más por un planchazo descalificador.
Resumiendo. Di María se vistió de Messi y el traje le calzó perfecto. Pero debió descuidar su función defensiva y Colombia lo leyó a la perfección.
Conclusión. Se insiste, aunque se lea apresurado, o quizás desmesurado. Si no juega Messi, Argentina debe cambiar de esquema. Hay tiempo. Pero hay que decodificarlo lo más rápido posible.