Más historia, más matemática, más lengua por igual para todos los chicos que cursan el
secundario en la Argentina. De alguna manera así se traduce el documento básico que el jueves
próximo aprobarían los ministros de Educación de todo el país, cuando se reúnan en el Consejo
Federal. Luego las provincias se tomarán un tiempo para adecuarse a los nuevos contenidos. En Santa
Fe anticipan que será de un año, es decir recién se verá algo nuevo en 2011. La Ctera ya pidió que
en ese debate se tenga en cuenta “la organización del trabajo” y se lleve a la mesa de
paritarias.
Uno de los puntos clave que contempla la nueva ley de educación nacional aprobada en diciembre
de 2006, es avanzar en un cambio de los planes de estudio del secundario (desde entonces
obligatorio) para que todos los chicos aprendan lo mismo y no haya diferencias entre las
provincias.
También dejar atrás las materias ficticias impulsadas por la ley federal de los 90 y reflejadas
en el polimodal. Contenidos que quitaron espacios a disciplinas básicas como las ciencias, la
literatura, la filosofía o la química.
En ese borrador que considera estos cambios centrales han venido trabajando las jurisdicciones,
quizás de una manera más lenta de lo que los aprendizajes adolescentes requieren.
“Es un documento que tiene consensos básicos, un punto de partida para el trabajo en las
provincias”, sintetizó a La Capital, la directora provincial de educación
secundaria, Letizia Mengarelli, al confirmar este encuentro nacional decisivo.
En sí el documento comprende “el conjunto de asignaturas que deben estar en el diseño
curricular” de las provincias. También “la organización en la escuela” de estas
materias y “las orientaciones que se ofrecerán”.
Estas orientaciones coinciden con lo que plantea la nueva ley en cuanto a la estructura del
nivel secundario: un ciclo básico de los dos primeros años y otro orientado. En este caso, no habrá
grandes sorpresas: se seguirá con las modalidades ya conocidas como ciencias naturales, humanidades
o economía, entre otros.
Sin cambios hasta 2011
Por lo pronto, Mengarelli adelantó que para el año próximo no habrá cambios sustanciales en lo
que respecta al diseño curricular. En otras palabras todo seguirá como está y así, por ejemplo, los
chicos que hoy están en el segundo año deberán este ciclo inclinarse para el próximo por las
orientaciones que les ofrecen las escuelas donde cursan.
La funcionaria estimó que para afrontar las transformaciones, “en Santa Fe se trabajará de
la misma manera que hasta ahora: en un cara a cara con los docentes”.
Y agregó que si bien habrá como una especie de NAP (Núcleos de Aprendizajes Prioritarios)
orientador para el nivel, en la provincia se aspira “a una construcción más amplia, que
considere otros espacios como la educación artística y tecnológica”. Indicó además que para
todo esto la provincia “se dará un año intenso de trabajo, que comprenda un período de
definiciones y consultas”.
De hecho nada será sencillo si se considera que se acaba de aprobar en paritarias la
convocatoria para que titularicen, luego de 18 años, unos 20 mil profesores en la provincia. La
inquietud pasa por saber cómo se adecuarán los cargos titulares al nuevo modelo de diseño que aún
está en un incipiente estudio.
En Santa Fe, según datos aportados por el Ministerio de Educación (a marzo de 2009), son 217.910
los alumnos del secundario. De ese total, 148.884 cursan en escuelas de gestión estatal y 69.026 en
la enseñanza privada.
Qué piden los docentes
La noticia de que la semana próxima finalmente se aprobaría este documento la disparó la titular
de la Ctera, Stella Maldonado, en un panel sobre escuela secundaria organizado, el martes pasado en
Buenos Aires, por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el
Crecimiento (Cippec) y auspiciado por las Fundaciones Noble y Arcor (ver El desafío de la
inclusión).
Además de Maldonado, en ese panel estaban sentados los ministros de Educación de la provincia de
Buenos Aires, Mario Oporto, y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Mariano Narodowski; también la
directora provincial Letizia Mengarelli y el director del programa de educación del Cippec, Axel
Rivas.
La mención al documento sobre el diseño curricular básico del secundario fue para introducir en
la discusión una cuestión esencial para el gremio de los docentes: “la organización del
trabajo”.
Es por eso, que la dirigente sindical bajó los pies a la tierra y llamó la atención sobre la
necesidad de contar con “la materialidad” para lo que es ley y por ahora es una noble
promesa a cumplir: el secundario obligatorio y las modificaciones en lo que a esta enseñanza
respectan. Lo expresó a través del pedido de “más aulas y profesores titulares”,
“que los profesores tutores sean mirados como tales, como un puesto de trabajo”,
“con más equipos directivos”, “docentes que puedan establecer un vínculo
pedagógico con sus alumnos” y “que no haya escuelas monstruos con 800 pibes”,
entre otros ejemplos de lo que esas transformaciones no deben descuidar.
Según Maldonado esto es crucial, porque de lo contrario “cuando se llega al territorio de
la escuela —con estos diseños— hay serias dificultades”. Para salvar esas
diferencias, planteó entonces que todos estos cambios también “se discutan en
paritarias”. Una manera de marcar cuál es el camino que quieren transitar los educadores en
los cambios que se vienen.