"Seguiremos luchando por un acueducto que nos traiga agua segura, pero mientras tanto, reclamamos firmemente que el gobierno provincial se haga cargo del reparto de agua en bidones para los cañadenses". Tal es el principal reclamo que Stella Clérici, la intendenta de Cañada de Gómez, tiene para hacerle a las autoridades santafesinas que no construyen los acueductos prometidos y que hasta la fecha aportaron solamente dos de los seis módulos de ósmosis inversa necesarios para reducir a niveles aceptables el altísimo grado de arsénico del agua de las napas de la zona.
"Nosotros seguimos convencidos de que el agua de Cañada es absolutamente no apta para el consumo humano, ya que tiene cinco veces el nivel de arsénico que recomiendan tanto la Organización Mundial de la Salud como el código alimentario nacional. Se miden 50 microgramos en un litro cuando corresponden 10 por litro", expresó la mandataria durante una entrevista con LaCapital.
"La población de Cañada utiliza agua de napas que es escasa y con un nivel de arsénico altísimo y, con la nueva planta de ósmosis, esas napas reciben agua de rechazo que aumenta el nivel de la sustancia. El agua de rechazo representa entre un 30 y un 50 por ciento de la que circula y como la planta inaugurada recientemente trabaja con sólo dos de los seis módulos que debería contar, la presión de agua, desde que empezó a funcionar la planta, es escasa", manifestó Clérici.
La solución, el acueducto. En el diálogo participó también Marcelo Cogno, secretario de la Producción cañadense, quien señaló que "la solución de fondo pasa por la construcción del largamente postergado acueducto. Hay que recordar que en el año 2007 ya estaba la licitación hecha y Binner la tiró para atrás porque había que rever no se qué cuestiones. El hecho es que pasó el gobierno de Binner y ya van dos años del de Bonfatti y el acueducto no llegó", manifestó este funcionario que además encabeza la lista de concejales del Frente Para la Victoria para las próximas elecciones.
El secretario definió a la planta de ósmosis inaugurada recientemente como "un paliativo caro que tampoco es paliativo, porque la gente compra agua de bidón. Los usuarios cañadenses comunes pagamos 240 pesos por mes por el agua de red, pero además debemos pagar otros 200 ó o 300 pesos para el agua que usamos para beber y cocinar".
La intendenta Clérici destacó a su vez que mientras se lucha por la concreción del acueducto, "lo mínimo que debería hacer la provincia es repartir el agua en bidones, porque de lo contrario es peligroso desde el punto de vista de la salud y e injusto desde lo económico, con un santafesino de Cañada que paga esta agua y el de otra región que paga agua de calidad. Los funcionarios provinciales dicen que «el agua no es tan mala». Yo se las haría probar, a ver si opinan lo mismo", dijo Clérici. Y agregó que con la nueva planta apenas baja de 5 veces a 4 y media la cantidad de arsénico del agua.
Gestión. En cuanto a la gestión, Clérici aseguró que basa su labor en el concepto de conectividad por el que diversos trabajos se planifican en base a instituciones o espacios públicos.
También señaló que "estamos trabajando sobre 40 cuadras de pavimento y en la incorporación y recuperación de patrimonio históricos como las instalaciones ferroviarias, algunas construcciones, la instalación de los Núcleos de Acceso al Conocimiento, de los que ya han salido numerosos graduados, un paseo con tres museos, un centro de la juventud y diversos playones deportivos.
La intendenta de Cañada, que tiene por delante todavía dos años de gestión, expresó respecto de su relación con el deliberativo de la ciudad: "No respondo por escrito los pedidos de informes de los concejales; prefiero ir a conversar con ellos al cuerpo directamente. Ningún intendente cañadense fue tan seguido al Concejo como yo".
U. G. M.