París.— Millones de personas volvieron a manifestarse ayer en toda Francia
contra la reforma jubilatoria del gobierno de Nicolas Sarkozy, en la sexta jornada de huelga en
protesta por el proyecto de aumentar la edad de jubilación de los 60 a los 62 años. Se prevé que el
Senado apruebe la polémica reforma entre mañana y pasado, mientras crece el temor por la escasez de
combustible y por los violentos enfrentamientos entre los jóvenes y la policía.
Los sindicatos cifraron la participación de ayer en 3,5 millones de personas. El
gobierno, sin embargo, señaló que el número de manifestantes se redujo respecto a la semana pasada,
a únicamente 1,1 millón. Advirtió, eso sí, que las protestas eran cada vez más radicales.
En París, grupos de estudiantes volvieron a enfrentarse con la policía y una
joven resultó herida, mientras que en Lyon grupos de jóvenes incendiaron autos y tachos de basura,
rompieron vidrieras y saquearon negocios. Por otro lado, en Le Mans se incendió un colegio. Los
investigadores encontraron indicios que apuntan a que pudo ser intencionado, aunque aún no se sabe
si el caso está relacionado con las protestas.
Durante las marchas de ayer resultó herida una joven de 15 años, además de
varios policías y un fotógrafo de prensa. Según el primer ministro François Fillon, desde el inicio
de las protestas han sido detenidos más de 1.100 jóvenes.
Pedido de la CGT. "Sean razonables, acepten las discusiones con los sindicatos,
no se encierren en su decisión unilateral", le reclamó ayer al gobierno al secretario general de la
CGT, Bernard Thibault. Por su parte, el Ejecutivo de Sarkozy se mantiene firme en su posición de
impulsar la reforma, la cual asegura es totalmente necesa ria para no llevar a la quiebra al
sistema previsional.
El tráfico ferroviario, las universidades y los colegios, así como los servicios
postales volvieron a verse afectados por la huelga de ayer. Además se cancelaron un gran número de
vuelos. Las previsiones apuntaban a que un tercio de los trayectos aéreos quedarían suspendidos. En
el aeropuerto parisino de Orly las cancelaciones podrían haber llegado al 50 por ciento, mientras
que el aeropuerto de Burdeos permaneció bloqueado.
Sin vuelos, sin nafta. La situación podría agravarse hoy, ya que la CGT planea
una huelga del personal de aeropuertos en todo el país. Se prevé que en el aeropuerto de Orly se
cancelen una cuarta parte de los vuelos planeados.
Además, debido al sostenido paro de los petroleros, un tercio de los
departamentos del país sufren problemas de abastecimiento de combustible, según informó el primer
ministro. Unas 4.000 estaciones de servicio están ya desabastecidas, y los conductores se informan
a través de diferentes páginas web de los lugares en los que aún pueden cargar nafta.
Incluso si concluyen las protestas y las huelgas, serán necesarios cuatro o
cinco días hasta que se restablezca la normalidad, apuntó Fillon.
En ciudades como Toulouse y Marsella también se acumulan los residuos en las
calles, ya que los recolectores de basura se han unido a las huelgas.
Cueste lo que cueste. Mientras tanto, Sarkozy, que se reunió ayer con sus
homólogos de Rusia y Alemania, recibió el apoyo de la canciller germana, Angela Merkel. "Creo que
la población alemana y la francesa no podrán evitar enfrentarse a la verdad. Y la verdad es que la
gente vive más. Si queremos garantizar unas jubilaciones razonables, el hecho de que vivamos más
llevará a que la vida laboral sea más larga", argumentó Merkel. El gobierno alemán aprobó en la
pasada legislación el retraso progresivo de la edad de jubilación hasta los 67 años.
La mayoría de los analistas esperan que la reforma sea aprobada por el Senado
francés en días y que las protestas queden en la nada. Pero los influyentes sindicatos galos, que
vencieron reformas laborales y jubilatorias en 1995 y 2006, dicen que presionarán cueste lo que
cueste.