Riccardo Ehrman formuló la pregunta que precipitó uno de los hitos del siglo XX. El por entonces corresponsal de la agencia italiana Ansa en Berlín asistía a una rueda de prensa el 9 de noviembre de 1989 cuando pidió más detalles sobre una nueva ley de viaje en la Alemania comunista (RDA). Lo que siguió es Historia.
Günter Schabowski, miembro del Politburó de la RDA, respondió que se autorizarían viajes privados fuera del país sin condiciones previas. Ehrman repreguntó cuándo entraría en vigor el cambio y Schabowski, contrariado, rebuscó en sus papeles sin encontrar la fecha correcta (que era la mañana siguiente) e improvisó: "De inmediato".
"Creo que fui el único que realmente entendió en ese momento lo que ocurría", cuenta Ehrman, hoy de 84 años e instalado en Madrid, en una entrevista con la agencia DPA. "Salí de inmediato y mandé un teletipo a la central en Roma diciendo: «Cayó el Muro». Mis colegas pensaron: «Riccardo se volvió loco»".
Pero Erhman no estaba loco. La escena (http://dpaq.de/bqj3I) hizo que miles de personas se congregaran espontáneamente ante puestos fronterizos de Berlín. Antes de la medianoche, las autoridades no tuvieron más remedio que abrirles el paso. El Muro que había separado Berlín y el mundo durante casi tres décadas se había derrumbado.
——Cuando se dirigía a la conferencia de prensa de Schabowski, ¿podía imaginarse que sería una noche histórica?
—No, por supuesto que no. No tenía la más mínima idea.
—¿Y la pregunta por la libertad de viaje? ¿Fue un encargo? ¿Tal vez desde la propia cúpula de la RDA?
—No, no fue un encargo, de ningún modo. Sólo nos habían dicho que debíamos asistir a una rueda de prensa importante. Nada más.
—¿Cómo transcurrió la rueda de prensa?
—Estaba muy llena. Llegué un par de minutos más tarde porque no encontraba estacionamiento y como no había lugares libres tuve que sentarme en el espacio frente al estrado.
—De modo que estaba en el campo visual de Schabowski y tenía mejores posibilidades de plantear su pregunta.
—¡No! Había pedido ya mucho antes el turno para hacer la pregunta, pero Schabowski me pasó por alto. Sólo al final de la rueda de prensa me dio el turno: "Ahora escucharemos lo que quiere saber nuestro colega italiano".
—¿Se dio cuenta en el acto de lo que significaba esa respuesta tan minuciosa?
—Creo que fui el único que realmente entendió en ese momento lo que ocurría. Salí de inmediato y mandé un teletipo a la central en Roma diciendo: "Cayó el Muro". Mis colegas pensaron: "Riccardo se volvió loco" y retuvieron la noticia unos minutos. Pero después la mandaron. Luego fui al paso fronterizo más cercano, en la estación de la Friedrichstrasse, para ver qué pasaba.
—¿Volverá a Berlín por las celebraciones del 25 aniversario de la caída del Muro?
—No, esta vez no. Hace cinco años estuve. (La canciller) Angela Merkel se dirigió entonces a mí y me contó que había visto la rueda de prensa en la televisión de la RDA. Y que tampoco ella había entendido en ese momento que era el final del Muro.