Con masivas manifestaciones en las calles y hasta huelgas de hambre, los estudiantes venezolanos se han convertido en los últimos años en la principal fuerza de oposición contra el gobierno de Hugo Chávez. Carlos Tinoco, gerente de la ONG Consorcio Desarrollo y Justicia, se dedica desde 2004 a asesorar a estos dirigentes estudiantiles en la búsqueda de nuevos liderazgos. Tinoco fue un aliado del gobierno de Chávez hasta principios de 2000, cuando abandonó el cargo que ocupaba en el área de Turismo, desilusionado por el aparato burocrático que dominaba la gestión. "Supongo que me convertí en un personaje incómodo para el régimen", dice ahora, convencido de que "a los autoritarios no hay que tenerles miedo". De visita en Rosario, donde participó de un seminario organizado por la Fundación Nueva Generación Argentina, Tinoco habló con La Capital sobre el papel clave de los universitarios en la oposición venezolana, las trabas que impone Chávez a las ONGs y las chances para las elecciones del año que viene.
- ¿Qué los impulsó desde la ONG a apoyar y asesorar a los estudiantes?
- El movimiento estudiantil de Venezuela tiene una gran tradición democrática. Ellos toman todas las decisiones por consenso. Además tienen un coraje y una determinación admirables. Chávez no pudo con ellos. Recientemente, cuando realizaron varias huelgas de hambre, el gobierno se tuvo que sentar a negociar. Finalmente lograron que pudieran asumir dos diputados opositores que estaban detenidos en sus casas. En Venezuela hay más de 2.500 estudiantes que, de una forma u otra, han sido criminalizados. Les han iniciado procesos por protestar, les abren un proceso y de repente no les hacen nada, no los mandan presos, pero les dejan esa mancha. Incluso los jueces les prohíben, violando sus derechos de ciudadanos, que vuelvan a participar en una marcha mientras el juicio esté en proceso o que hablen de temas políticos. Es un perversión tremenda de la democracia.
—¿Se pudo capitalizar electoralmente el rol que juegan los jóvenes?
—Sí. Los estudiantes han jugado un papel muy importante en las tres victorias de la oposición: en el referendo de 2007, en las elecciones regionales de 2008 y en las parlamentarias de 2010. Ellos se cohesionaron a nivel nacional y le dieron a la gente las ganas de luchar. La gente cree profundamente en ellos. En las últimas encuestas los estudiantes tienen más del 80% de aceptación, más que la Iglesia y que cualquier otra institución en el país. En 2008, cuando rescatamos una serie de gobernaciones, tal vez las más importantes del país, ellos jugaron un rol vital como testigos de mesa y como movilizadores de gente. En Venezuela no es obligatorio votar, y los jóvenes en general son muy apáticos. Los estudiantes hicieron un gran trabajo para inscribirlos. También formaron un grupo llamado “guardianes del voto”, para que la gente, el día de la elección, no fuera molestada. Allá tú te pones en la cola para votar y te encuentras con los tipos de las fuerzas armadas con los FAL en la mano. Eso es realmente intimidatorio.
—¿Cómo se ven afectados en Consorcio Desarrollo y Justicia por la ley que sancionó Chávez que prohíbe que las ONGs de Venezuela reciban fondos del extranjero?
—Nos ha afectado completamente. Ellos la llaman “ley de la soberanía nacional”, una norma en la cual todo es muy vago, todo se da a interpretación. Por supuesto que la financiación de afuera se cortó, y no sólo eso. Si nosotros quisiéramos invitar a Mario Vargas Llosa, por ejemplo, y él emite declaraciones que el gobierno considera insultantes, las sanciones para nosotros son tremendas. Te pueden multar con hasta por 900 millones de bolívares, más de un millón de dólares. No hay ninguna ONG en Venezuela ni en ninguna parte que pueda pagar esos montos. Incluso se prevén acciones penales para los integrantes de las ONGs. Eso te cierra toda posibilidad de actuar. Pero a pesar de todo seguimos.
—Venezuela tiene la inflación más alta de América latina, altísimos índices de criminalidad, desabastecimiento, graves problemas de energía. ¿Cómo se sustenta la popularidad de Chávez con este panorama?
—Yo creo que la popularidad de Chávez es muy artificial. Del lado de la oposición no hay todavía una cabeza visible, un candidato, un movimiento firme. Entonces él está jugando solo, es como si estuviera en un ring boxeando con su sombra. También es cierto que la gente es bastante conformista. Pero yo siento que todos los problemas que tiene Venezuela se van a terminar reflejando en el voto.
—¿Qué le falta a la oposición para competir con Chávez en 2012?
—Es muy difícil competir con Chávez porque él maneja el Estado a su antojo. Cuando llegan las elecciones mete la cadena nacional durante tres ó cuatro horas seguidas, hablando maravillas de sus candidatos. Y también administra a discreción los millonarios fondos provenientes del petróleo. Creo que si la oposición trabaja en un proceso de primarias, que se deberían realizar a finales de este año, y si logra un programa común de gobierno, eso nos puede dar una ventaja que no teníamos. Con las primarias, además, la gente va a sentir que contribuyó a elegir a su propio candidato. Por otra parte, la Mesa de Unidad (la alianza opositora) también tiene que entender que las cosas no se hacen en pequeños pináculos, tienen que ser más abiertos e incorporar a otros sectores de la sociedad. Hay una gran presión para que eso pase.
El premio, "un contrasentido"
El pasado 29 de marzo, en su última visita a la Argentina, Chávez fue distinguido por la Universidad de La Plata con el premio Rodolfo Walsh a la Comunicación Popular. El galardón levantó polémica en varios sectores, pero en la oposición venezolana directamente generó indignación. “Nos pareció un contrasentido total”, apuntó Carlos Tinoco con respecto al premio. “En Venezuela hay periodistas presos, exiliados, perseguidos. Chávez ha cerrado medios con todo tipo de excusas, hasta les inventa cargos a los directivos de los medios, cualquier cosa con tal de doblegarlos. Y no ha podido. Ya ha cerrado 36 radios y el canal RCTV, que era el más popular del país. También le ha quitado la propaganda oficial a todos los periódicos que no están de acuerdo con él”, argumentó.
Tinoco aclaró que él no conoce cómo es la Universidad de la Plata ni su Facultad de Periodismo. “Pero presumo que se trata de gente vinculada a este socialismo del siglo XXI, este socialismo trasnochado, que piensan que Chávez es el líder planetario de una revolución que está acabando con el capitalismo”, agregó. El directivo de Consorcio Desarrollo y Justicia también consideró que la última gira de Chávez por América latina fue “un invento. Cuando a Chávez las cosas no le salen bien, cuando tiene ciertos fracasos internacionales —lo de Kaddafi lo tiene muy preocupado— él se inventa estos viajes a países donde le llenan el ego”, aseguró. Asimismo afirmó que el presidente venezolano “va por el camino regalando dinero. En Uruguay regaló 10 millones de dólares para el sector de salud, cuando en Venezuela los hospitales se vienen abajo, las enfermeras ganan una miseria y ahora están en huelga de hambre. Seguramente a la Universidad (de La Plata) también debe haberle donado algo. El se mueve así”, concluyó.