La peor despedida

Newell’s dejó atrás un torneo que no dejará huellas ni legados. Es muy poco lo que quedará en el tamiz. Incluso la caída 2 a 1 de anoche ante Racing en Avellaneda se evaporará rápidamente por la falta de peso específico. Es que este Clausura 2009 inexpresivo fue parte del precio que tuvo que pagar para poder llevar adelante la refundación del club. Si bien en este caso el fin parece justificar los medios utilizados, lo cierto es que los rojinegros fueron de mayor a menor y por errores propios terminaron largando las riendas del campeonato antes de tiempo. El laberinto de búsqueda desembocó en temprano desconcierto. Por eso desperdiciaron una gran oportunidad de acceder a una competencia internacional y además despidieron la temporada con una postal sepia, deshilachada, que no tardará en ser archivada en un cajón alejado.

El futuro es un signo de interrogación para Sensini. El técnico tendrá que sacudir el polvo de su moderación y estará obligado a sacar a relucir sus mejores armas para manejar las perspectivas del plantel y las necesidades institucionales.

Newell’s se retiró ayer del Cilindro de Avellaneda con sensibles ausencias (no estuvieron Sebastián Peratta, Rolando Schiavi, Nicolás Spolli, Iván Pillud, Hernán Bernardello, Mauro Formica ni Leandro Armani), desequilibrado, lleno de pibes y con muchas incógnitas. El tropiezo fue lógico y encontró rápidas razones. Es que este conjunto de Sensini hace rato que tiene la cabeza en otra parte y se instaló en un callejón entre la apatía y la resignación. Nunca le encontró salida y regaló muchos puntos.

Los debutantes Rodrigo Chávez, Cristian Díaz y Carlos Vaca se repartieron insinuaciones pero de ninguna manera pudieron levantar un certificado de garantía de cara a lo que viene. También ingresaron Hernán Zanni y Federico Falcone, dos chicos que hicieron sus primeras armas en la primera rojinegra.

Queda claro que el recambio no será sencillo, las autoridades rojinegras lo saben y por eso están calibrando la mira para conseguir refuerzos eficientes que encuadren dentro del alcance de la billetera leprosa.

El entrenador Sensini deberá armar un auténtico rompecabezas ante un plantel que perderá varias piezas para poder acomodar sus finanzas y dibujar un horizonte (deportivo e institucional) posible. La ley de salvataje económico asoma como una gran aliada de ocasión que evitará la asfixia y permitirá mayor libertad de movimientos.

Newell’s necesita poner ingenio para reposicionarse para lo que viene. Ahora, al paraguayo Achucarro sólo le falta la firma y Barrientos está cerca. Pero hacen falta más rúbricas para lograr una nómina que se anime a dar un salto de calidad. Es que el Clausura fue una mueca demasiado leve.

De esta manera, a la Lepra se le escurrió el torneo entre los dedos. Fue su gran culpa. Ahora Roberto Sensini tendrá que construir un modelo mucho más confiable y arriesgado que no funda su motor en la segunda curva, que logre mantener su puesta a punto y que no se canse de chocar contra el paredón de su impericia. Si no logra superar estos inconvenientes, Newell's repetirá errores y no podrá evitar que se estire su peligrosa transición.