La presidenta Cristina Kirchner volvió a involucrarse de lleno ayer en la campaña electoral al compartir un acto en el municipio de Moreno junto al candidato a diputado Martín Insaurralde, donde acusó a la oposición de "unirse" contra el gobierno pero "huir cuando las papas queman".
"Se unen, pero después huyen cuando las papas queman", cuestionó la mandataria luego de asegurar que su gobierno "hace", mientras los demás dirigentes y candidatos de la oposición "sólo opinan" de cara a las próximas legislativas.
Acompañada además por el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, la presidenta afirmó que "los otros pontifican y dicen lo que van a hacer", mientras que el oficialismo "cuenta lo que hizo, lo que está haciendo y todo lo que falta por hacer", y aseveró que no precisan "del marketing para que le digan dónde hay que pararse ante el pueblo".
"Nosotros no opinamos, muchachos, nosotros hacemos. Opinar, opinan los otros. Ellos dicen lo que van a hacer, nosotros contamos lo que hicimos, lo que estamos haciendo y todo lo que todavía falta por hacer", sentenció la jefa del Estado, sin nombrar a ninguno de los contrincantes del kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires, pero aludiendo a la lista del Frente Renovador, que lidera el intendente de Tigre, Sergio Massa.
En su mensaje, Cristina exaltó a Insaurralde: "Vos tenés un ángel Martín", le dijo y, mirándolo directamente, agregó: "Vas a tener el orgullo de ser diputado y que tu gobierno nunca te va a pedir que le rebajes el sueldo a nadie o que tengas que presentar un proyecto de indulto a los genocidas".
"Para hacer todas las cosas que hicimos se requiere un proyecto de país que decida favorecer a todos los argentinos. Muchas veces para eso hay que plantarse frente a los que históricamente mandaron la Argentina, que no estuvo como estuvo hasta 2003 por obra de la magia, sino porque la espolearon, porque se llevaron todo", sostuvo en el acto, que sirvió para la inauguración de obras de la Maternidad Estela de Carlotto, en homenaje a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, quien también estuvo en el acto.
Aprovechó entonces la oportunidad para mencionar que fue abuela recientemente y agregó: "Recién cuando me entregaban los escarpines pensaba que la diferencia que tengo con Estela es que yo lo puedo tener en mis brazos y ella todavía no. Es la deuda que tengo pendiente con muchos argentinos".
En la misma línea, la jefa de Estado contó que le provocó una "emoción muy grande" cuando la ginecóloga Soledad Rapaport, de esa clínica de maternidad, le agradeció por los juicios a los represores de la última dictadura.
"La emoción más grande me la dio una médica ginecóloga de la maternidad que acabamos de inaugurar. Estaba paradita en la puerta del consultorio y me dijo «gracias por mi papá, porque es un desaparecido y hoy los genocidas están condenados». Soledad es el símbolo de esta nueva Argentina", contó la mandataria.
La presidenta hizo hincapié en la política de "memoria, verdad y Justicia" del gobierno, en medio de la polémica en torno al jefe del Ejército, César Milani, cuestionado por organismos de derechos humanos del interior del país por su presunta participación en la represión de la última dictadura.
Además, por videoconferencias, Cristina inauguró un hospital rural en El Espinillo, Formosa, a 15 kilómetros de la frontera con Paraguay; un centro odontológico en Berazategui, y las obras que se están realizando en el Hospital Posadas, en Misiones.
También participaron el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina; el intendente Mariano West; los ministros de Salud de la Nación, Juan Manzur, y de la provincia, Alejandro Collia, el intendente Carlos Urquiaga (José C. Paz) y el diputado Horacio Pietragalla, entre otros dirigentes.