Si bien el Concejo Municipal aprobó ayer un aumento de la tarifa del 20 por ciento, que regirá desde esta medianoche y es menor al previsto por el estudio de costos oficial, taxistas y remiseros mantuvieron hasta las 6 de hoy un nuevo paro (el segundo en una semana). La medida, que en principio iba a ser por tiempo indeterminado y luego hasta las 11, fue en rechazo a una iniciativa que consideran insuficiente. No obstante, varios vehículos de alquiler volvieron a surcar anoche las calles de la ciudad. Después del receso invernal en el Palacio Vasallo, los ediles retomarán el debate por el resto de la suba de los valores de los viajes.
La votación en el recinto de sesiones concluyó pasadas las 18 con once manos levantadas a favor del proyecto del radical Jorge Boasso y la misma cantidad de voluntades en contra.
Por eso, el presidente del cuerpo, el socialista Miguel Zamarini, recurrió al doble voto para desempatar, una herramienta legal que utilizó por tercera vez desde que asumió el cargo.
Los ediles incluyeron en la ordenanza un compromiso para solicitar un nuevo estudio de costos y comenzar a tratar en agosto próximo el resto del incremento tarifario.
A full. Sobre el mediodía, el Palacio Vasallo fue un hervidero: tras sucesivos cuartos intermedios, la comisión de Servicios Públicos le dio despacho a la propuesta de Boasso, quien impulsó una suba del 20 por ciento ahora y la posterior discusión de otro 12 por ciento para dirimir las diferencias entre oficialistas y opositores.
Pero los taxistas, presentes en el lugar desde temprano, estallaron. De inmediato, Zamarini y los concejales del oficialismo que integran la comisión convocaron a titulares de licencias y peones a una reunión para templar los ánimos.
Aunque no hubo fumata blanca, y después de una breve asamblea cerca del Monumento a la Bandera, los hombres de negro y amarillo no recularon y lanzaron una medida de fuerza por tiempo indeterminado.
"Que los concejales levanten la sesión y empiecen una nueva discusión el lunes", argumentó el titular del Sindicato de Peones de Taxis (SPT), Horacio Boix, luego de sondear a los suyos. Y agregó: "Esa suba no alcanza siquiera para pagar el aumento salarial (recientemente homologado)".
Más tarde, con la votación ya consumada y menos tensión en el ambiente, Boix anunció el cese de la huelga a las 6 de hoy, instancia consensuada con los titulares de licencias, y prometió que el sector "estará listo" para cuando se reanude el debate legislativo.
A su turno, el titular de la Asociación Taxistas Independientes (Atti), Mario Cesca, resumió: "No estamos de acuerdo con el manoseo innecesario que tuvo el tema. Seguimos en estado de alerta y queremos participar de la discusión en agosto".
Idas y vueltas. A lo largo del áspero tratamiento parlamentario, en el que los intereses preelectorales dejaron su huella, el proyecto del municipio (aumento del 24 por ciento ahora y el resto, hasta totalizar un 32 por ciento, en noviembre) no cosechó la suficiente cantidad de adhesiones.
Incluso, frente a la no emisión de un despacho favorable de Servicios Públicos, se barajó la posibilidad de delegar al intendente Miguel Lifschitz la potestad de fijar el aumento, instancia que rechazó la oposición.
Fue entonces cuando Boasso terció con su alternativa de incremento. "Destrabamos el conflicto, damos una suba razonable y tenemos 4 ó 5 meses para seguir analizando el resto", explicó el radical.
Lo cierto es que el aumento del 20 por ciento llevará la bajada de bandera a 5,16 pesos y el valor de la ficha a 26 centavos en la prestación diurna.
En tanto, para el servicio diferencial (nocturno de fin de semana) de taxis, la bajada de bandera ascenderá a 5,76 pesos y la ficha subirá a 28 centavos.
Para los remises, la bajada de bandera pasará a 7,56 pesos y la ficha a 30 centavos.