La nueva izquierda española: Podemos, en apuros por Venezuela

Pablo Iglesias, líder del partido español de izquierda Podemos, se negó a solidarizarse con el dirigente político venezolano Leopoldo López, detenido por el gobierno chavista desde febrero. Iglesias adujo que detrás la petición de ayuda que le ha hecho Lilian Tintori, esposa de López, "puede haber" una maniobra política para "hacer daño" a Podemos. Iglesias es cuestionado en España por ser simpatizante del chavismo y se lo acusa de haber recibido fondos de Caracas.

"Creo que el objetivo de esa petición es hacer daño a Podemos", manifestó Iglesias en una entrevista radiofónica. El domingo por la noche se expresó de forma parecida en una entrevista con la televisión privada La Sexta, donde sugirió que Tintori podría estar siendo utilizada. El tema de Venezuela es delicado para Iglesias y su partido. Este profesor universitario de ciencias políticas ha recibido muchas críticas en España por su defensa de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

"Le propondremos a esta señora tener una reunión y haremos todo lo que esté en nuestra mano", manifestó Iglesias, que el sábado fue proclamado secretario general de la formación. Con menos de un año de vida, Podemos protagoniza un fuerte ascenso en las encuestas, en las que se ha consolidado como tercera fuerza del país tras haber logrado 1,2 millones de votos y cinco eurodiputados en los comicios europeos de mayo.

La mujer de Leopoldo López, encarcelado en Venezuela desde febrero, pidió a Iglesias su mediación para lograr la liberación de su marido. La ONU recientemente reclamó al régimen chavista la libertad de López, al que considera un preso político. El reclamo de la ONU fue denegado por la Justicia venezolana, que es considerada como totalmente sometida al gobierno.

Iglesias le solicitó a la esposa de López, través de su delegación en el Parlamento Europeo, que le remita toda la documentación de la que dispone para estudiar el caso. En la entrevista del domingo por la noche aseguró que los documentos aún no habían llegado. Lópezi impulsó una exhortación pública a protestar en las calles contra el presidente venezolano que convocó a decenas de miles de personas en Caracas. Esta marcha fue atacada con armas de fuego por grupos chavistas, llamados "colectivos", y los opositores a su vez también recurrieron a las armas. El gobierno aprovechó esta violencia para acusar a López de los tres muertos que dejó la marcha. Desde el 18 de febrero está encarcelado en una prisión militar en condiciones consideradas infrahumanas por sus defensores y las Naciones Unidas.