La ministra de Industria, Débora Giorgi, negó un cierre generalizado de empresas en el país, aunque reconoció que hay “problemas puntuales” y “desaceleración” en la actividad industrial.
“El sector automotriz se pegó varios tiros en el pie”, sostuvo la funcionaria que salió al cruce de esos empresarios y los responsabilizó de las suspensiones y despidos de empleados.
También consideró que ese tipo de conflictos se debe a “decisiones mal tomadas de las terminales automotrices”.
En una entrevista concedida a un matutino porteño reconoció que “la industria automotriz tiene 12 mil suspensiones”, aunque estimó que ese número ahora “debe ubicarse más cerca de 11 mil porque ”la planta de cajas de Córdoba no tiene más suspensiones a partir de la exportación a China”.
“Me preocupa y nos rompemos el alma para que no haya ninguna suspensión”, señaló.
En ese sentido, analizó que “existe una perspectiva permanentemente equivocada sobre cuál va a ser el tipo de cambio y sobre eso toman determinadas acciones de cobertura que los perjudica”.
“Después se dieron otro tiro en el pie cuando reacconaro mal frrente al Procreauto, ya que decidieron reducir el abastecimiento de automóviles, con la idea de que iba a haber nuevos ajustes en el tipo de cambio y que no iban a poder reponer las unidades”, opinó Giorgi.
Además, cuestionó la “excesiva concentración en el mercado, donde más del 80% de lo que exportan va a Brasil, y de lo que producen, más del 60% lo exportan”.
La ministra destacó “los máximos históricos” registrado en el sector fabril en los años 2011 y 2012 y aceptó que, en este contexto, se observa “una desaceleración” pero enfatizó que “con tasas muy inferiores a las que tienen nuestros socios comerciales”. Y opinó que es necesario desarrollar “un tejido fabril más denso”.