"La mayoría de los edificios y viviendas en esta ciudad son ocupados o se modifican sin final de obra, nos guste o no, esa es la verdad". Las palabras son del presidente de la Asociación Empresarios de la Vivienda (AEV), Marcelo Passardi. Y repiten una aseveración que ya habían expresado algunos funcionarios municipales tras la explosión de gas ocurrida el viernes pasado en una torre del Complejo Ciudad Ribera, en la que perdió la vida Mariel Cataldo, de 21 años.
Ayer la jueza de Instrucción Nº 6, Raquel Cosgaya, recibió las pericias por parte de Bomberos Zapadores. Se comprobó que una pérdida de gas licuado provocó la deflagración que le quemó el 95 por ciento del cuerpo a la víctima fatal, sacó de cuajo los muebles de la cocina y el balcón del departamento del 9º B. Pero la magistrada ordenó algunas medidas más.
En cuanto al discutido "final de obra" del que carece hasta ahora el complejo de alta gama que se levanta a la vera del río, Passardi dijo que había que separarlo del accidente.
"Si allí hubo una pérdida o una maniobra irregular, iba a suceder igual con o sin final de obra, que es un tema contractual. Tenés fecha de entrega o necesitás dejar tu casa y mudarte, organizás tu vida como podés y te mudás aunque no tengas todos los servicios, aunque pagues la luz de obra. No es lo mejor, pero se hace: acá hay una suma de responsabilidades", remarcó el empresario.
No obstante, y a tono con lo que habían dicho los bomberos días atrás, admitió que "no era lo más prudente habitar un lugar sin terminar, porque se dificultan las tareas de emergencia".
El presidente del Colegio de Arquitectos, Edgardo Bagnasco, dijo algo similar. "No conviene vivir en una torre en obras, pero el propietario, o quien compró el departamento y decidió vivir allí, es responsable de decidir vivir así. El final de obra no tiene que ver con los servicios, sino con la construcción. Miles de propiedades tienen a la gente adentro sin el trámite administrativo finalizado".
El trámite. El secretario de Gobierno, Fernando Asegurado, confirmó que anteayer la empresa que construye Ciudad Ribera (Ingeconser) "comenzó a tramitar el final parcial de obra de la torre más avanzada del complejo, donde sucedió la explosión. Presentó un plan de obras de los otros seis módulos en construcción y además enumeró las medidas de seguridad y estructurales que aplicará".
Fuentes cercanas al municipio reconocieron que el final de obra es un trámite que demora "a lo sumo un par de días" porque depende de que el constructor presente todas las certificaciones, por lo que se puede tardar más o menos un mes. Además tiene que demostrar que los trabajos están bien hechos.
La fuente graficó lo que dijo con un ejemplo. "El final de obra del shopping Alto Rosario se concretó en dos días y el Casino, con cien mil metros cuadrados, también. Claro que en esas obras complejas inspeccionan unos 5 o seis agentes y a un edificio de 30 o 40 departamentos lo chequean apenas dos. Hay obras que son complejas, como las de Puerto Norte, y las supervisiones se hacen por etapas".
En cuanto a la cantidad de inspectores con la que cuenta el municipio, la misma fuente no dudó en decir que la repartición está preparada para las supervisiones.
"Las obras siguen creciendo, pero se pueden inspeccionar. Ya no estamos en el pico del boom de la construcción del 2007", dijo al referirse al año en que había 1.500.000 metros cuadrados en construcción. En 2012 , en cambio, la cifra se redujo a 800 mil metros cuadrados y este último trimestre aumentó apenas un 10 por ciento.
"El Estado será lento pero no es fácil engañarlo: lo que no se declara con certificados se puede comprobar con fotos satelitales, tal como ocurre", dijo.