La lesión de Rivarola le generó un problema a Central

La lesión que padeció Germán Rivarola ante Instituto, sumado a que Rafael Delgado parece haber perdido terreno en el campo de la consideración de Juan Antonio Pizzi, dejó al descubierto la enorme falencia que tuvo Central en el carril izquierdo ante Gimnasia. Porque ni la improvisación de Ricky Gómez pudo tapar semejante hueco que dejó Pirulo. Y ni hablar de la escasa actividad en ofensiva que mostró Maximiliano Lombardi en la línea de los volantes. Pese a que Central no mereció pegarse la vuelta de Jujuy con las manos vacías, también es verdad que el técnico debería repasar su enciclopedia táctica en caso de que el ex Colón siga con parte médico. La logística y las herramientas están a su disposición. Pero si no las pone en práctica o no la utiliza debidamente se tornará imposible construir un porvenir acorde a las circunstancias.

El próximo desafío de Central será recién el lunes próximo, desde las 21.05 en Arroyito. Eso marca que hay margen para trabajar y corregir a conciencia los errores que se vieron en suelo norteño. Sobre todo en el tándem Gómez-Lombardi porque fue una de las debilidades que mayor notoriedad evidenció a la hora de hacer una mirada en retrospectiva.

Ricky hizo lo que pudo en una función atípica, es cierto. Fue poco, es verdad. Pero claro está que su intermitencia fue intelectualizada exclusivamente por Juan Pizzi, quien lo plantó de tres ante a la urgente necesidad de cubrir la baja de Rivarola con su figura. Y si de los errores se aprende, entonces no habría que sorprenderse si Delgado es indultado por el cuerpo técnico y tiene una nueva oportunidad de mostrarse ante Guillermo Brown de Puerto Madryn, que viene de capa caída y encima se quedó sin entrenador tras la renuncia del rosarino Cacho Sialle.

En definitiva, la inclusión del Chelo sería lo más lógico siempre y cuando Pirulo siga en recuperación. Caso contrario, el capitán regresará sin dudas al lateral y el tucumano volverá al medio. Y ahí sí la casa volverá a estar en orden. Pero en el canalla, como en el fútbol mismo, no hay lógica. Por lo tanto, todo puede pasar. Hasta podría suceder que Lequi se reposicione en el lateral izquierdo, tal cual sucedió cuando asomó al profesionalismo, pese a que es zaguero central.

Otro ítem a tener muy en cuenta girará desde hoy, que será cuando el auriazul retorne al trabajo, en la figura de Lombardi. El mediocampista uruguayo ratificó ante el Lobo que aún no logra ensamblar en este modelo canalla en materia ofensiva. Si bien Pizzi tiene sus argumentos para incluirlo entre los once porque lo evalúa a diario, en los encuentros que disputó para los ojos ajenos al DT marca como veredicto una resistencia popular. En Jujuy se paró por izquierda, pero pasó desapercibido, al igual que cuando lo hizo por derecha.

Central está bien posicionado más allá del primer traspié y de que erró mucho en la faz ofensiva el último sábado. Pero esta historia recién lleva cinco capítulos de vida. Le restan 33 encuentros más para poder alcanzar el objetivo supremo: el ascenso. La desesperación no debe ganarle terreno a la paciencia. Y eso, los jugadores parecen tenerlo muy en cuenta. Pero eso no significa que se alteren algunos factores porque podrían desnaturalizar el producto de verdad.

Variantes

En Jujuy quedó demostrado que Ricky de tres no funcionó. Quizá Pizzi decida ahora apelar al pibe Delgado si Rivarola no se recupera y devuelva al tucumano al medio como debe ser.