Tras la celebración de las primarias abiertas en la provincia el 19 de abril pasado, y ya conocido el resultado definitivo luego de un cuestionado escrutinio, quedó finalmente configurado el mapa electoral con la lista de candidatos que superaron el piso de votos exigidos para presentarse a los comicios generales del 14 de junio próximo. Además de los postulantes de los frentes mayoritarios, los electores santafesinos tendrán a su disposición varias opciones de izquierda que, después de haber rebasado el 1,5 por ciento del padrón, están en condiciones de presentar aspirantes a las bancas en la Legislatura y en el Concejo Municipal de Rosario.
De hacerse efectiva la obtención de escaños luego de los comicios de junio, la izquierda lograría un espacio en la vida política de la provincia que no obtiene hace tiempo. Más de 60 años, en el caso de la Legislatura y teniendo en cuenta la elección de Mirto Lisandro Viale en 1958, diputado por la Unión Cívica Radical Intransigente, el ala más progresista del radicalismo por entonces.
El Concejo rosarino, por su parte, ha tenido experiencias históricas como el recordado edil por el Movimiento al Socialismo (MAS) Luis Cuello y algunas más recientes, como los dos períodos de Alberto Cortés (precandidato a intendente por el FSP) en 2001-2005 y 2009-2013. Pero, desde ese año, no ha ingresado un edil con esa orientación al recinto.
En ese contexto, serán Carlos Del Frade (FSP) y María Elena Molina (FIT) los que intentarán acceder a una banca de diputado provincial, mientras que María José Gerez (FSP) y Daniela Vergara (FIT) competirán en la categoría senador. A nivel local, Juan Monteverde (Ciudad Futura), Virginia Grisolía (FIT) y Celeste Lepratti (FSP) quedaron en condiciones de disputar un lugar en el Palacio Vasallo.
Para Del Frade, la obtención de una banca sería un “hecho histórico” y analizó el caudal de votos de todas las opciones de izquierda como un síntoma del cansancio de la sociedad con la falta de capacidad de transformación de los partidos tradicionales. Si bien reconoció algunas similitudes con las otras alternativas, fue claro a la hora de diferenciarse de opciones como el FIT, destacando que el Frente Social y Popular no tiene referentes a nivel nacional y es más amplio en su constitución.
“Somos un frente de izquierda nacido de las experiencias de la provincia que conocemos y estamos profundamente enraizados su historia”, aclaró. En caso de acceder a la Legislatura, buscará impulsar el tratamiento de una ley de cupo laboral en beneficio de jóvenes de entre 18 y 30 años, la modificación de algunas exenciones tributarias a grandes corporaciones y medidas orientadas a terminar con el déficit habitacional.
“Todas esas ideas las vamos a discutir con el objetivo de construir consenso con la buena gente que tiene el peronismo, el socialismo y el radicalismo”, afirmó.
Juan Monteverde, candidato a edil por el Frente para la Ciudad Futura, coincidió con su par a diputado en que existe un agotamiento en la ciudadanía en relación a la práctica política de los partidos tradicionales.
Además, resaltó la carencia de referentes para un sector politizado que no encuentra, hoy por hoy, quien lo represente en la ciudad. “Creo que hay una crítica, no sólo al socialismo sino a una oposición tradicional que no puede generar una alternativa”, comentó y criticó la actual dinámica del Concejo por considerarla “monocorde”.
Resaltó, además, la necesidad de comenzar a debatir temas estructurales para la ciudad y “sacar los debates a la calle”, generando una mayor vinculación con los vecinos.
Claves. “Es la primera vez que me presento como candidata y creo que el crecimiento en la ciudad tiene que ver mucho con que el frente viene creciendo a nivel nacional, no sólo en Santa Fe. Tiene que ver con que se consolidó como una fuerza nacional”, comentó, en tanto, Grisolía (candidata a concejal por el FIT) respecto de la elección que la posicionó como la segunda candidata de la izquierda más votada en la ciudad.
Para la futura antropóloga, el apoyo mayoritario que recibió provino de la juventud, tanto trabajadora como estudiantil, y de las mujeres, hecho que se vio reflejado —además— en la superación del piso del 1,5 por ciento también en el resto de las categorías.
Grisolía fue tajante al marcar sus diferencias con las opciones que representan Monteverde y Lepratti, acusando a los primeros de no impulsar la organización de los trabajadores y reprochándoles haber “saludado la llegada de la Gendarmería a la ciudad”, y a los segundos de no haber sido una férrea oposición al kirchnerismo a nivel nacional por su asociación con Proyecto Sur.
“Somos la única fuerza y la única forma en la que se puede enfrentar a la derecha en la ciudad”, enfatizó. Y sostuvo que la primera propuesta, en caso de obtener una banca será “proponer que todo concejal cobre lo mismo que cualquier trabajador calificado”.
Para Lepratti, candidata del FSP en la ciudad, “el Concejo tiene que escuchar y empezar a darles lugar a las voces que no llegan, las de los barrios”, ya que, según su percepción, “no ha dado respuestas muy profundas a problemáticas existentes”.
Lepratti afirmó que su tarea será, en caso de ser elegida concejala por los rosarinos, presentar propuestas para garantizar el derecho a la vivienda, además de impulsar medidas de protección para la niñez y la juventud, garantizando igualdad de oportunidades.
“Nos hemos juntado con el ánimo de andar juntos por el sueño de mucha gente que no es otro que el propio”, comentó respecto de su decisión de convertirse en la representante del Frente Social y Popular en Rosario.
Con muchas diferencias, pero también con coincidencias y la idea en común de abrir la discusión política en torno a temas que muchas veces no están en la agenda de los partidos tradicionales, las alternativas de izquierda que encarnan los candidatos del FSP, el Frente para la Ciudad Futura y el FIT intentarán conquistar al electorado de cara al 14 de junio para lograr el tan ansiado objetivo de participar del debate legislativo en la provincia y en la ciudad a partir de diciembre.