"Quémese después de leerse" es la primera película que Brad Pitt protagonizó a
las órdenes de los hermanos Joel y Ethan Coen. Alentado por su amigo George Clooney, con quien
actuó en la saga de "La gran estafa", aceptó filmar en esta ácida y corrosiva crítica a la CIA en
la que comparte el cartel con John Malkovich, Tilda Swinton y Frances McDormand.
El actor, que en diciembre cumple 45 años, encarna a un personal trainer de
pocas luces, adicto al chicle, al iPod y al Gatorade, un personaje ubicado a años luz del galán que
conquistó el corazón de Angelina Jolie. "Me enojé por el personaje que (los hermanos Coen) habían
escrito para mí", bromeó Pitt, al admitir que el entrenador que protagoniza en el filme es un
tonto.
"Quémese después de leerse" se estrena hoy en los cines rosarinos.
—¿En quién se inspiró para crear el personaje de "Quémese después de
leerse"?
—Me lo inventé yo solito en un día. Creo que la interpretación no se puede
medir, es muy difícil explicar cómo construyes un papel, incluso para mí es un misterio. De hecho,
me sorprende de donde nace la interpretación en mí. A Angelina le pasa lo mismo. La idea de asumir
o presumir ciertas situaciones que supuestamente van en un camino distinto no es algo que se
entienda como una posibilidad real, por eso es complicado verbalizarlo.
—¿Cómo se prepara para componer un personaje?
—Siempre de la misma forma, da igual que sea comedia, drama o aventuras.
Lo primero que hago es estudiar el personaje, tratar de estrechar los lazos entre la realidad y la
idea que yo me he formado del papel que tengo que representar. Las primeras semanas son de
búsqueda, de ir corrigiendo errores. La interpretación no es una ciencia exacta, pero tiene su
técnica. Los personajes empiezas a entenderlos como la aritmética, tienes que conocer su mundo, sus
puntos de vista, sus situaciones, y cómo responden a lo que viven.
—Sí, pero en "Quémese después de leerse" hace un rol muy distinto y,
además, es la primera vez que trabaja a las órdenes de los hermanos Coen.
—Fue toda una sorpresa que me llamaran. Llevo varios años llamando a la
puerta de los Coen y nada. Cuando me convocaron para actuar en el filme me sentí muy feliz y
después, cuando leí el guión, me enojé por el personaje que me habían escrito (risas).
—A lo largo de su carrera, demostró que tiene pasta para la comedia, pero
sus próximas películas son dramas. Actuará con David Fincher en "El curioso caso de Benjamin
Button" y filmará con Terrence Malick "El árbol de la vida".
—Creo que últimamente hice personajes muy americanos. Estados Unidos está
viviendo un momento realmente interesante, sobre todo en la última década, y me he concentrado en
personajes que se identifican con mi país. Actué en varias comedias a lo largo de mi carrera,
aunque algunas puede que no fueran muy divertidas. En el filme de David Fincher vuelvo a tener como
compañera a Tilda Swinton y la mejor descripción que puedo hacer es que es una carta de amor a
Nueva Orleans, una carta de amor a la familia.
—"Quémese después de leerse" es una historia coral en la que su papel es
secundario pero importante.
—Cuando eres el protagonista tienes todas las respuestas, sabes cómo salir
de todas las situaciones. Todo eso es bueno para el ego, pero es mucho más divertido participar en
películas con un gran equipo de actores y ser secundario, interpretar personajes que toman las
decisiones equivocadas y que se enfrentan a situaciones delicadas sin éxito. Esto fue lo mejor de
la película de los Coen.
—Es de las estrellas que mejor pisa la alfombra roja. ¿Pensó alguna vez
que hubiera sido de usted si no llegaba a triunfar en el cine?
—Me habría convertido en una estrella de rock. Todos los hombres tenemos
la fantasía de tocar en el escenario delante de mucha gente. No soy bueno, pero toco la guitarra
porque me fascina la música. Confieso que ya me he despertado de ese sueño.
— Las estrellas de rock también sufren el acoso de la prensa.
—Lo divertido de todo lo que se dice de nosotros es que no tiene nada que
ver con nuestra vida diaria. Decidí ser actor sin saber qué significaba la fama, que, una vez que
te atrapa, ya no te escapas. Me fascina el cine, adoro la interpretación y hay que adaptarse a todo
lo que conlleva estar en esta profesión, que puede llegar a aturdirte.