Sentada en un sillón y frente al retrato de su padre el rey de España, la infanta Cristina responderá hoy al juez que la imputó por graves delitos fiscales y de blanqueo de capitales, un hecho sin precedentes en una monarquía debilitada por una serie de escándalos como es la de España. La hija menor del rey viajó hasta la ciudad de Mallorca junto a sus abogados para someterse al interrogatorio del juez que también tiene imputado a su esposo, Iñaki Urdangarin, por un manejo turbio de fondos públicos mediante una institución sin fines de lucro.
Ayer en España se preguntaban: ¿decidirá la infanta recorrer a pie, como cualquier imputado, o en auto, como aconseja la policía, la rampa de una decena de metros que lleva al tribunal? Abajo la esperarán cámaras de televisión de todo el mundo. Unos 300 periodistas se acreditaron para registrar un acontecimiento inédito en la historia de España. Desde ayer el frenesí mediático era palpable en Palma de Mallorca, en las mediterráneas islas Baleares. Palma es una ciudad turística, pero fuera de temporada es una típica y tranquila capital de provincias. Entre un tumulto de periodistas, el juez de instrucción José Castro llegó ayer por la mañana en su scooter, como es su hábito.
Primer magistrado de la historia de España que imputa a un miembro de la familia real, a la pregunta de cómo se sentía ante la comparecencia más esperada de su carrera, Castro respondió con tono tranquilo: "Estoy perfectamente bien". Una vez en su despacho, el magistrado decidió sobre los últimos recursos presentados antes de la comparecencia, confirmando que ésta no se grabará en vídeo sino sólo en audio. En el segundo piso del tribunal, la sala de audiencias estaba ya lista para recibir a Cristina, quien tiene 48 años y es la segunda hija de Juan Carlos I.
Imputada por el juez el 7 de enero por delitos fiscales y blanqueo de capital—contra el parecer del fiscal—, la infanta se sentará en el mismo sillón de madera tapizado con terciopelo rojo que había utilizado en febrero de 2012 su esposo, Iñaki Urdangarin, imputado, pero por malversación de 6,1 millones de euros de dinero público junto a su ex socio Diego Torres. En la pared frente a ella estará colgado el retrato oficial del jefe del Estado, es decir, su padre.Acompañado del fiscal anticorrupción y de los abogados de las diferentes partes, el juez Castro intentará saber si la infanta cooperó en las presuntas actividades delictivas de su marido.
Ex jugador profesional de balonmano reconvertido luego de casarse con Cristina en hombre de negocios, Urdangarin, de 46 años y considerado un hombre muy apuesto por las revistas españolas, fue imputado el 29 de diciembre de 2011 por el mismo magistrado, quien sospecha que una parte de los fondos supuestamente malversados fueron transferidos a la Aizoon, empresa pantalla y propiedad de Cristina e Iñaki al 50 por ciento. Castro debe pedir explicaciones a la infanta sobre varios gastos personales aparentemente pagados con el dinero de esta compañía.
Ayer, un helicóptero de la policía sobrevolaba los alrededores del tribunal. Hoy desde el amanecer se cortará la circulación en las calles adyacentes y sólo los peatones autorizados podrán entrar en ese perímetro. Los manifestantes convocados por una pequeña asociación republicana se mantendrán lejos de la entrada del juzgado.
Durante su interrogatorio, Cristina podría sin embargo oír por las ventanas de la sala sus gritos, muestra de la indignación que suscita este escándalo en la isla y en toda España. Su imputación asestó un golpe sin precedentes a la imagen de la monarquía española, ya bastante hundida por el escándalo y los problemas de salud del rey, de 76 años.
El juez Castro había imputado a la infanta una primera vez en abril, en aquella ocasión por tráfico de influencias, pero esa decisión fue anulada a petición de la fiscalía. La segunda vez Cristina decidió no recurrir y la Casa Real se declaró dispuesta a "respetar las decisiones de la justicia". Fue una reacción mucho más mesurada a la primera imputación, cuando la institución se declaró "sorprendida" y compartió juicios críticos del fiscal del caso contra el juez Castro.
La dejan sola. Ayer, señalaba el diario El Mundo: "El silencio y la ausencia de los representantes de la Casa —incluso de la seguridad— marcarán la estrategia de una institución a la que el caso le ha arrebatado mucho de su antiguo brillo. Sólo sus abogados escoltarán a la infanta Cristina". "Cuando las aguas se tranquilicen y con perspectiva, yo estoy convencido de que la mayoría de los españoles verá con claridad que la infanta ha sido y es inocente", declaró Jesús Silva, uno de sus abogados, con quien Cristina preparó su defensa en Barcelona.
La infanta llegará a Mallorca recién hoy por la mañana, según la prensa española. Evitaría así dormir en el palacio de Marivent, donde la familia real pasó sus veranos durante más de 30 años, hasta que estalló el escándalo que hoy la pondrá en el banquillo de los acusados.