"El tiempo consume la vida, sabemos que depende de nosotros que las decisiones se tomen en el tiempo justo, por eso exigimos y reclamamos ¡ya!".
"El tiempo consume la vida, sabemos que depende de nosotros que las decisiones se tomen en el tiempo justo, por eso exigimos y reclamamos ¡ya!".
"No esperen que pase el tiempo, que se calmen las aguas y que olvidemos, Salta no olvida ni perdona: con sólo uno que quede en esta lucha bastará para seguir por justicia y memoria".
"No es trascendente el grito, el llanto o la pelea que podamos tener, las peleas están en las historias de las grandes civilizaciones: es trascendente el reclamo de justicia y memoria".
"Poco haríamos por ellos si sólo lloráramos o gritáramos, porque todos sabemos lo que perdieron: sus alegrías, sus esperanzas, sus sueños, sus proyectos, sus vidas y con eso, todo".
"No hay escuela que enseñe a seguir viviendo con este dolor, cada uno intenta cada mañana como puede. La impotencia se siente a diario, saber que el otro ser humano quiere mirar al costado para no sentir culpa, responsabilidad, calienta la sangre. Sería más digno aceptar que esconderse, solapadamente, detrás de los poderosos, porque vamos a llegar igual".
"Hay tantos seres inescrupulosos, inoperantes, inexpertos, mentirosos que están en este mundo para enriquecerse a costa de la vida de otros. Inescrupulosos que sólo piensan en recaudar. Si sólo por un momento pensaran que con nada se van de este mundo, invertirían para optimizar los servicios. Inoperantes e inexpertos que la soberbia no les dejó ver que no podían con esto y avanzaron igual, para abandonar después al ver que estaban en peligro, sin pensar cuántos más estaban en la misma condición".
"Aquella mañana, en sus hogares, ¿quién podía imaginar que sus destinos dependían de este montón de irresponsables, que venían de a poco gestando este final? Porque nadie puede decir hoy que no era grave lo que venía sucediendo".
"Confiados, trabajaban, estudiaban o sólo descansaban, estaban en sus casas. ¿Cómo podían saber que no iban a ver más a sus nietos, abrazar a sus padres, apretar la mano de un amigo, compartir con un hermano o besar a una novia?".
"¿Cómo iban a saber que les arrebatarían la vida así, porque sí, porque no hubo una sola persona que avisara del "peligro"? ¡No! Cada uno sumó para el desastre, opinando y callando en tiempos equivocados, porque en este país somos todos expertos de nada y sabedores de todo, sin medir la consecuencia de la gran mentira".
"Señores, no podemos caminar sobre una ciudad donde desconocemos qué hay abajo, las llaves de corte no existen, los caños son viejos, los artefactos obsoletos y la vida transcurre en medio de la desidia, con el cálculo de que nada va a pasar".
"Desde este lugar, que mantiene viva la memoria, vamos a seguir trabajando quienes estamos todavía hoy, para aliviar el dolor, haciendo que cada día tenga razón de vivirse y concientizando al ciudadano del peligro en que vive, aún, con la sobra de recursos y la falta de decisiones. Generaciones futuras sostendrán lo que hoy con nuestra lucha podamos alcanzar. Justicia, memoria, esperanza, son las palabras que nos sostienen, nos unen y nos alientan por ellos".
"Gracias al abrazo, el beso, la caricia y hasta el silencio que nos da mucha gente desde aquel día, sabemos que estamos en compañía, a pesar de que el dolor se siente con crueldad en la soledad de cada uno".