San José de la Esquina.— Un ventarrón de incredulidad todavía recorre a los
pobladores de San José de la Esquina, que hace cinco días se enteraron del aciago final de uno de
sus más conocidos productores agropecuarios. Luis Justo Antonio Caón, de 71 años, apareció
asesinado a escopetazos el martes junto a María Luisa Tula, de 53, en el desagüe de un campo en
territorio cordobés. La violencia que interrumpió la vida de Tito, como lo llamaban en el pueblo,
hizo emerger una historia mayoritariamente desconocida: la de la relación que mantenía con la mujer
que terminó ultimada a su lado.
Ocurre que Tito Caón estaba casado y vivía junto a su esposa Mari Orti y una
hermana soltera de nombre Elsa en su establecimiento rural ubicado cerca del Río Carcarañá, a unos
cinco kilómetros del casco urbano de este pueblo de casi 8 mil habitantes, situado a unos 120
kilómetros al sudoeste de Rosario.
Nadie oculta su congoja por el aberrante crimen ni la sorpresa que causó para
muchos enterarse, a instancias de su cruenta muerte, que Tito estaba en pareja desde hacía ocho
años con María Luisa Tula, quien también apareció asesinada junto a él en un canal pluvial ubicado
entre las localidades cordobesas de Laboulaye y La Carlota. Por este caso están detenidos dos
hermanos que eran peones del campo de Caón.
"Era temperamental, pero no un mal tipo, ni merecía morir de esta manera",
coincidieron en señalar varios sanjosesinos dispuestos a recordar a Caón, un chacarero de
contextura robusta y manos grandes. Al que le reconocían un fuerte carácter y reputación de
mujeriego.
En el pueblo aseguran que Mari se enteró de esta situación tras la muerte de su
marido aunque, al parecer, no le guarda rencor. "Ella lo amaba con toda su vida, al punto de
sentirse culpable de la infidelidad de su esposo por haberle dado tanta libertad", dijo una
allegada a la familia, sin revelar su nombre. Al matrimonio, que no tenía hijos, se lo solía ver
los fines de semana en cenas o bailes organizados por los clubes del pueblo. "Siempre fue mujeriego
pero no dejó de sorprender que haya tenido una vida paralela con otra mujer", dijo una vecina.
La esposa de Tito fue anoticiada por la policía sobre la desaparición de su
esposo a principio de la semana pasada. Por esa razón viajó a La Carlota sin que nadie se
enterase.
Mates con los asesinos. En el velatorio, que sólo duró cinco horas, Mari comentó
que unos días antes de que su esposo fuera hallado muerto había estado en el campo de la provincia
de Córdoba "conversando y tomado mates" con los dos peones rurales que resultaron ser los autores
confesos del crimen. "No puedo creer que estuve, sin saberlo, frente a los asesinos de mi esposo",
aseguran que dijo la mujer en medio del dolor que le causó el funesto desenlace. Y hasta se filtró
el comentario de que también lamentó la muerte de la mujer que acompañaba a su esposo.
"Lamento lo ocurrido por Mari porque es muy buena y siempre me dio la sensación
de ser una mujer sufrida", dijo una vecina.
Las opiniones marcan diferentes percepciones sociales sobre la forma de ser de
Tito. Un hombre mayor que dijo conocerlo desde joven fue tajante. "No se puede justificar bajo
ningún punto de vista lo que le ocurrió, pero era un hombre prepotente, soberbio y bastante
miserable con el dinero. No creo que sus empleados lo hayan querido demasiado".
Aunque todos coinciden en sus rasgos impulsivos, muchos evocan a Caón sin
embargo como "una buena persona y hasta generosa con quienes solían pedirle una mano". Su familia
cosanguínea la completa su otra hermana, Mercedes, quien esta radicada en la zona urbana junto a su
esposo y su hijo.
Micrófono en alto. Caón tuvo alto perfil durante el conflicto rural de 2008 e
integró el grupo de productores autoconvocados de San José de la Esquina. Era habitual verlo en el
piquete establecido a la vera de la ruta provincial 92 que cruza la traza urbana.
"Fue un tipo querido, muy frontal en sus posturas y de gran lealtad con el
sector. No faltaba a ninguna reunión y siempre participó en las encuentros que realizamos con
legisladores en Buenos Aires", manifestó un chacarero. Quien con simpatía recordó su desempeño en
las asambleas. "Cuando agarraba el fierrito era muy crítico con el gobierno nacional y nunca pasaba
desapercibido".
Los chacareros son escépticos acerca de que una deuda con sus empleados haya
sido el móvil del crimen. "Quienes tuvieron relaciones comerciales con Tito —dijeron—
saben que era muy cumplidor y hasta a veces te corría con la plata".
Antes de comprar en la década del 80 el campo donde estaba afincado con su
esposa, Caón vivió desde su nacimiento en un establecimiento rural de Colonia Hansen, ubicada a 16
kilómetros de San José de la Esquina. Llegó a convertirse en uno de los más importantes ganaderos
de la zona hasta que en 2008, por razones de rentabilidad, vendió la hacienda y se dedicó sólo a la
agricultura.
"Hizo mucho dinero y hasta comentan que en sus campos tiene silos repletos de
soja sin vender", refirió una mujer sobre el desahogo económico del productor asesinado. Y dijo que
su contracción al trabajo era superada sólo por una cosa: "La gran pasión de Tito fueron las
mujeres".