Con un espectáculo que reunió a 12 percusionistas que fusionaron ritmos latinoamericanos y argentinos, la Granja de la Infancia celebró su cumpleaños. El predio municipal de Presidente Perón al 8000 se inauguró en 1999 con el objetivo de recuperar un espacio para que los niños puedan experimentar distintas formas de relacionarse con la naturaleza. Y ayer la música fue la excusa para disfrutar del solcito otoñal que habilitó a jugar al aire libre.
La invitación era festejar a puro ritmo y no pasó inadvertida. Desde primeras horas de la tarde, numerosas familias se acercaron al predio para aprovechar la tarde. Por los senderos de la Granja había espacios para que los niños pudieran armar sus instrumentos musicales para, unas horas después, sumarse a los festejos centrales.
El ensamble de percusión “Emparche” cerró la jornada con su espectáculo El Viaje, donde repasaron ritmos latinoamericanos y argentinos.
Los distintos espacios de la Granja de la Infancia, como el vivero, la huerta y los corrales de animales conviven con espacios de experimentación como los laboratorios o la cocina.
La iniciativa se propone como un lugar donde a través del juego los niños pueden relacionarse con la naturaleza, sintiéndose parte de ella y responsable de sus cambios.
Su apertura, allá por el 99, abrió el camino para el resto de los espacios lúdicos que conforman el Tríptico de la Infancia, como el Jardín de los Niños y La Isla de los Inventos, iniciativas públicas de educación no formal que le valieron a la ciudad el reconocimiento de Naciones Unidas.