El aumento de la recaudación fiscal de la provincia es uno de los indicadores
más visibles que puede exhibir la administración de Hermes Binner, al cabo de un año de gestión que
combina claros y oscuros. Si bien el crecimiento económico de la primera parte del año y la
inflación hicieron lo suyo, la subsecretaria de Ingresos Públicos, Teresa Beren, enfatiza el papel
de la gestión tributaria en el incremento de los ingresos públicos. Mencionó, en ese sentido, la
instrumentación de un nuevo régimen de percepción y retención del impuesto a los ingresos brutos,
la intensificación de operativos fiscales y la conformación de una nueva base de información que
permitirá mejorar la inteligencia fiscal. "Hoy sabemos que hay 6.500 contribuyentes que garantizan
el 70 por ciento de la recaudación de ingresos brutos y que 1.900 personas físicas y jurídicas son
propietarias de 6 millones de hectáreas en la provincia", señaló y destacó que ese conocimiento
adquirido a partir de los trabajos preparatorios del fallido proyecto de reforma tributaria
permitirán avanzar en un control más integrado de los principales contribuyentes. De cara a un año
que promete ser menos generoso desde lo macroeconómico, Beren aseguró que las fichas estarán
puestas en mejorar la gestión del cobro de impuestos y, dentro de la normativa vigente, simplificar
los trámites para los pequeños contribuyentes. Su preocupación es que, sin cambios impositivoss,
Santa Fe puede convertirse "en un paraíso fiscal".
—¿Qué análisis hace de la recaudación de noviembre?
—La evolución de impuestos como ingresos brutos están superando a los
comparables de la Afip y a los de otras provincias. Esta evolución es la consecuencia de acoplar
nuestra administración tributaria a las mejores prácticas que tenían estas provincias. El dato
contundente es ingresos brutos, que es el principal impuesto. Hoy tenés 6.500 contribuyentes que te
garantizan el 70 por ciento de la recaudación de ese impuesto. Cuando nosotros ingresamos había
3.000 contribuyentes, y algunos números decían que representaban el 30 por ciento de la
recaudación. No había una claridad de cuál era ese universo de grandes contribuyentes. Esa fue la
primera decisión. El segundo punto fue mejorar los sistemas de recaudación. Allí hicimos una
modificación importante con el Sircreb (Sistema de Recaudación y Control de Acreditaciones
Bancarias) y Sircar (Sistema de Recaudación y Control de Agentes de Recaudación). Este último es un
sistema de comisión arbitral que monitorea a un grupo de agentes de retención, con mayores
controles que los que tienen los sistemas tradicionales. Hace diez años ingresos brutos se
recaudaba, vía agentes de retención y percepción, el 18 por ciento del impuesto. En 2008 terminamos
ingresando el 50 por ciento mensual por esta vía. Estos sistemas lo que te permiten es asegurar la
recaudación.
—A partir de estos cambios, ¿se registró un blanqueo de la economía en Santa
Fe?
—El Sircreb permitió el blanqueo de la actividad. Se dio en general en
todas las actividades. Incluso tenemos un grupo de empresas, que estamos investigando que a las
cuales les hemos retenido importes importantes por Sircreb y no han hecho ningún reclamo. Según los
registros en ingresos brutos muchas estaban exentas. Esto que significa, que estaban mal
registradas como exentas.
—¿Esto puede dar lugar a reclamos hacia atrás?
—De parte de la administración tributaria sí. Por otro lado estamos
revisando una serie de cuentas con deudas importantes con la provincia, sobre las cuales vamos a
trabar embargos porque ya se agotó la vía administrativa. Son 50 empresas, con deudas importantes
por años. Involucran unos 50 millones de pesos.
—¿Qué margen cree que tiene para seguir mejorando la administración
tributaria?
—Siempre hay margen. Lo preocupante es que Santa Fe va a transformarse en
un paraíso fiscal porque la industria de afuera paga ingresos brutos en todas las provincias: el 3
por ciento en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 3 por ciento en provincia de Buenos Aires y
Córdoba, mientras que en Santa Fe queda exenta. Y es una preocupación que también nos manifestaron
otras provincias. Es que cualquier empresa nacional dirá que tiene gastos en Santa Fe, no traerá
nada a esta provincia y ni siquiera mejorará la recaudación santafesina. Además, genera una
competencia y conflictos entre fiscos. Por lo pronto, nosotros trabajamos en una mayor inteligencia
fiscal. Todas nuestras acciones están dirigidas a los sectores de mayor capacidad contributiva. A
los 6.500 contribuyentes que aportan el 70 por ciento de la recaudación.
—Varios de estos sectores resistieron la reforma tributaria. ¿Imagina que puedan
comenzar a pedir que aflojen con la presión fiscal debido a la crisis?
—Hasta ahora lo que hicimos es introducir las mejores prácticas de otras
administraciones tributarias. Todavía no estamos haciendo nada que no se haya experimentado en la
Argentina.
—¿Van a insistir con el monotributo provincial?
—Tenemos la concepción de que el pequeño contribuyente tiene que ser
protegido y alentado a tener su actividad formalizada. Estamos estudiando, vía gestión, cómo
facilitar el cumplimiento y simplificarlo con la normativa vigente, que es la que tenemos al no
haberse aprobado la reforma tributaria. Se evalúan alternativas para 2009. También estamos
trabajando en una nueva base de datos, lo cual requiere de un proyecto tecnológico importante.
Estamos trabajando con el Polo Tecnológico y la UTN.
—¿Cómo cierran la recaudación del año respecto de las previsiones?
—Cuando elevamos el proyecto de reforma tributaria, nosotros estimábamos
recaudar en el año 3.300 millones de pesos. Con la recaudación acumulada de noviembre vamos a
alcanzar esa meta, que supera lo previsto en el presupuesto en más de 300 millones de pesos. Cabe
recordar que en los ingresos del presupuesto se había incluido la ley 5.110 que estaba derogada,
entonces se tuvo que compensar con otra recaudación. También estuvo presupuestado en exceso el
impuesto inmobiliario. Nosotros incorporamos 2,3 millones de metros cuadrados, y el impacto
recaudatorio de eso, en el año puede llegar a superar los 800 mil pesos. Si a eso se le suma
emergencia agropecuaria, a lo mejor es menos. Pensar que el inmobiliario iba a crecer como estaba
proyectado no era realista. La gestión hace la diferencia. La inflación acumulada está rondando el
20 por ciento anual y el crecimiento entre el 6 y 8 por ciento, mientras que ingresos brutos creció
37 por ciento, la diferencia es gestión.
—¿Alcanza la gestión para mejorar los ingresos públicos el año que viene, en un
escenario de crisis?
—Por eso apuntamos a una inteligencia fiscal con una nueva base de datos,
el padrón web, una mayor coordinación con las otras provincias. Eso te permite al instante cruzar
información y ver si hay cumplimiento o no, si cabe comenzar una línea de investigación.
—¿Insistirán con la reforma?
—No está dentro de mi área. Pero lo que es cierto es que el trabajo de la
reforma nos dejó una gran enseñanza en el conocimiento de nuestros contribuyentes y de nuestro
territorio. Hasta ese momento no había información sobre quiénes eran los propietarios de la tierra
en Santa Fe. Hoy sabemos que hay 1.900 propietarios, físicos o jurídicos, que son dueños de
6.000.000 de hectáreas. Hay que mirar cómo cumplen con sus impuestos esos grandes propietarios y
mirarlos integralmente. Porque si tienen esa cantidad de tierra, seguramente tienen una serie de
actividades económicas o generan una cantidad de actividades que es necesario mirar con una nueva
inteligencia fiscal. Hasta ahora el Estado los miraba parcializadamente.
—Para la oposición, fue un acierto rechazar la reforma a la luz de la
crisis.
—Para mí es al revés. ¿En qué va ser determinante dentro de este panorama,
para el negocio de GM o Petrobras estar exentas de ingresos brutos?
—GM dice que aporta algo más de un millón de pesos mensuales en ingresos
brutos.
—A la provincia le cuesta 20 millones al año esa exención.
—¿Cuánto compromete a la provincia no tener la reforma en el 2009?
—El gran problema no está dado por los recursos en sí mismo sino por la
desarticulación de los sectores económicos en Santa Fe, que hace que se dificulte el control fiscal
y que haya una situación de inequidad. Cuando tengo en eslabones exentos en una cadena económica,
desde lo fiscal es más difícil controlar.
—¿En qué está la comisión de coordinación fiscal?
—En distintas líneas. Capacitación, un nuevo convenio para la gestión de
patentes on line, fiscalización y coparticipación federal. Cada municipio está trabajando sobre un
posible nuevo esquema de reparto de todos los tributos.