La frustración de un gran golpe

El episodio delictivo más pesado y trágico en el que estuvo implicado Heriberto Vega ocurrió el 30 de noviembre de 1998 en cercanías de Venado Tuerto. Aquel día, un grupo de maleantes intentó robar un camión blindado de Juncadella que llevaba unos 700 mil pesos desde Rosario hacia esa localidad del sur santafesino. El dato del golpe estaba en manos de los pesquisas de la Unidad Regional II de policía que montaron un operativo para abortar el hecho junto a la Tropa de Operaciones Especiales y efectivos de la Unidad Regional VIII.

Varias patrullas salieron al cruce de uno de los vehículos de los delincuentes cuando circulaban por la ruta 33, a un kilómetro de Venado Tuerto. Allí se registró un primer enfrentamiento en el cual murió el oficial Jorge Basilio, quien era chofer del móvil en el que iba el comisario José Storani, por entonces jefe de la policía venadense. Tras ello empezó una cinematográfica persecución por la ruta 8, hacia Pergamino, en la cual los maleantes fueron arrojando un verdadero arsenal mientras cruzaban balazos con los policías.

Cuando la camioneta en la que iban los asaltantes arribó al cruce con el camino a San Eduardo, el chofer del vehículo perdió el control y se estrelló contra una alcantarilla. Allí murió el maleante Luis Castillo mientras que su cómplice Daniel Dannillo resultó herido y falleció poco después. Sólo sobrevivió un hermano de éste, Miguel Angel Dannillo, quien terminó preso. Un cuarto integrante del grupo había logrado zafar del impresionante cerco arrojándose del vehículo en plena persecución y fue apresado poco después. No era otro que Heriberto Vega.