La Escuela para Animadores Ceroveinticinco vuelve a proponer espacios en los barrios de Rosario. El Centro Cultural Cine Lumière en el CMD Norte y la Escuela Municipal de Artes Plásticas Manuel Musto en el CMD Sur son los escenarios elegidos, para invitar a niños y adolescentes a acercarse al mundo de los dibujos animados. Las clases son una vez por semana, y duran doce encuentros intensivos. Son talleres libres y gratuitos.
Con el apoyo del Centro Audiovisual Rosario (CAR) y la coordinación general a cargo de Pablo Rodríguez Jáuregui, la Escuela cuenta con un equipo docente conformado por ilustradores y animadores rosarinos: Lorena Méndez, Leticia Santa Cruz y José Becaría. Para participar, los aspirantes a ingresar deberán presentar ficha de inscripción y credencial del programa (se pueden descargar en www.ceroveinticinco.gob.ar). Los cupos son limitados.
El espacio de trabajo más conocido de la Escuela para Animadores es el de la Isla de los Inventos (depende de la Secretaría de Cultura y Educación municipal), ahora suma otros dos sitios itinerantes en los barrios. Uno habilitará sus clases desde el 3 de agosto, de 10 a 12, siempre los sábados, en el Centro Cultural Cine Lumière, de Vélez Sársfield 1027 (teléfono 4804816). Es para chicos que tienen de 8 a 13 años. Para participar se pueden anotar de lunes a viernes de 14 a 20 en este centro. El otro lugar es la Escuela Municipal de Artes Plásticas Manuel Musto, de Sánchez de Bustamante 129 (teléfono 4809526), los viernes de 16 a 18. Aquí los encuentros que comienzan el 9 de agosto, están destinados a chicos de 14 a 17 años.
Más espacios. Los espacios intinerantes "han posibilitado que chicos y adolescentes que no pueden trasladarse al centro, por el horario o por el motivo que fuera, puedan tener en su barrio estos talleres", comenta Lorena Méndez, una las docentes a cargo. Y sobre la propuesta detalla: "Los talleres son intensivos y si bien se ven contenidos similares a los del curso anual, tomamos gran parte de las clases para el desarrollo del proyecto personal, que será realizado íntegramente por los chicos, desde la confección de la historia, los personajes, los fondos y la animación. Luego se exhiben en el cierre, junto con las producciones del taller anual que se desarrolla en la Isla de los Inventos".
Además, hay un turno exclusivo para niños y jóvenes de 9 a 13 años y de 14 a 17 años, en la Isla de los Inventos ( Corrientes y Wheelwright). "Tiene como objetivo formar animadores capaces de desarrollar proyectos desde el guión a la posproducción. A través de diversos saberes teóricos y prácticos se apuesta al seguimiento personalizado buscando la mayor expresividad del estilo personal de cada alumno/a. Un lugar donde a través de la animación, los participantes pueden contar historias, fantásticas, reales o imaginadas, generar un proyecto, desarrollarlo y mostrarlo a la comunidad", explican de esta escuela.
Algunos de los contenidos propuestos son breve historia de la animación, leyes de la animación, animación de dibujos, sistema de animación en 2D tradicional, fleep book, guión, story board, construcción de los personajes, planos,movimientos de cámara, elaboración de fondos, desarrollo de proyectos. También se realizan clases con invitados especiales, encuentros con realizadores audiovisuales de la ciudad, intercambios con la Escuela para Animadores de adultos, entre otras actividades.
Aprender un oficio. "El trabajo del animador —dice Lorena Méndez sobe el oficio de animar— es un trabajo arduo, ya que para lograr unos pocos segundos de movimiento se necesitan muchos dibujos o capturas, pero también es un trabajo que da felicidad, ya que como dije, es la posibilidad de intentar darle vida a algo inanimado, y con ello, contar una historia". También, manifiesta que si bien algunos animadores trabajan solos, generalmente es una tarea que se realiza en equipo.
Considera además que la animación es una herramienta y medio que permiten desarrollar una historia "quien la crea puede poner rienda suelta a los escenarios y personajes, y en el taller los chicos tienen la posibilidad además de mostrarlo a la comunidad".
"La pasión por el dibujo es algo que se comparte. La mayoría de los chicos que vienen al taller son apasionados por el dibujo y la construcción de la imagen, y eso pasa a ser un motor para crear vínculos. Tuvimos alumnos que vinieron sucesivamente año a año hasta que ya no pudieron continuar por la edad. Algunos continuaron a la noche, en el turno para los adultos. Como docente y como persona también me enriquezco con la energía y la alegría que vivenciamos en cada clase, me asombran siempre gratamente." Más información al 4804511 interno 199, email: [email protected] o bien en ww.ceroveinticinco.gob.ar