Bruselas. - La crisis de deuda en la eurozona, que no remite, sigue hipotecando el crecimiento de sus 17 socios: según informó ayer la oficina estadística de la Unión Europea, Eurostat, el Producto Bruto Interno (PBI) de los países de moneda única registró una contracción del 0,3 por ciento a fin de 2011. Por primera vez en dos años y medio, la economía de la zona euro se anotó una peligrosa vuelta atrás en el crecimiento, la cual, según expertos, pone los semáforos en rojo ante la posibilidad de una nueva recesión, cuando la economía de Europa apenas comenzaba a retomar aliento tras el golpe de la primera recesión, de 2008. Incluso Alemania, la "locomotora" de la zona euro, seguida de Francia e Italia, registró datos negativos: una caída del 0,2 por ciento. Tampoco España, que además campa con datos de desempleo históricamente elevados, logra eludir el rojo, con una contracción del PBI del 0,3 por ciento. Austria, hasta la fecha uno de los modelos del núcleo duro de crecimiento, se apunta un retroceso del 0,1 por ciento.
La excepción. Mientras Chipre y Finlandia registraron a fines de 2011 un estancamiento, y a falta de los datos de Malta y Luxemburgo, Francia, con un crecimiento del PBI del 0,2 por ciento y Eslovaquia, con una expansión del 0,9 por ciento, suponen la excepción positiva de este cuadro general pesimista que trazó ayer Eurostat. En ese sentido, los datos aportados no contribuyen a generar confianza, especialmente entre los consumidores privados, ante la situación a medio plazo. Todavía queda por cerrar la crisis de deuda griega y ya hay tres nuevos socios de la eurozona, Italia, Holanda y Bélgica, en recesión técnica, tras encadenar, en el cuarto trimestre de 2011, dos trimestres consecutivos de caída del PBI.
La gran pregunta es ahora si estos datos serán el preámbulo de una nueva contracción generalizada de la coyuntura en Europa. En este punto, los pronósticos están divididos. Mientras algunos expertos no creen en los programas de la UE, apoyados por el FMI, para salvar a Grecia de la suspensión de pagos y, en general, estabilizar el euro, otros son más optimistas. Entre ellos el Commerzbank de Alemania, en cuyo último análisis de coyuntura apunta que "lo peor" de la crisis de deuda "debería haber quedado atrás".
Inestabilidad. No obstante, persisten factores de inestabilidad que podrían poner bemoles a la ansiada recuperación: a la crisis de deuda de Grecia, Irlanda y Portugal rescatados por la UE y el FMI, pendientes del segundo rescate de Atenas, se suma la preocupación por el alto desempleo y la necesidad de potenciar el apático crecimiento. De hecho, a pesar de la insistencia de la canciller alemana, Angela Merkel, y del presidente francés, Nicolas Sarkozy, por extender el patrón de austeridad en Europa, en la última cumbre de jefes de Estado y de gobierno de Bruselas de enero, los líderes europeos acordaron lanzar una estrategia de crecimiento y generación de empleo que acompase los esfuerzos de control de las cuentas públicas. Y es que según cifras de Eurostat, el paro en el conjunto de la UE cerró 2011 en el 9,9 por ciento.