Los empresarios rosarinos encaran el último tramo del año con la herida de la devaluación de enero todavía sin cerrar, ventas en baja para la gran mayoría de los rubros y expectativas moderadas respecto al clásico repunte que suelen traer las fiestas de fin de año. Si bien cada sector arrastra sus propias sombras o esperanzas, a nivel general la facturación total del sector privado rosarino, que creció alrededor del 28% en términos nominales en lo que va del año, no logró alcanzar el ritmo de la inflación si se toma una medición del 38% anual.
“El primer trimestre fue mejor que el resto del año, donde no se logró sostener el crecimiento”, dijo Eleonora Scagliotti, secretaria de la Producción local, quien agregó que la actividad no acompañó el ritmo de inflación. La funcionaria agregó que existe una situación de “estancamiento” sin que haya ningún sector de la economia local particularmente afectado, ni mayores problemas de pérdida de empleo.
Scagliotti, explicó que la ciudad tuvo en términos de actividad un primer semestre con un primer trimestre mejor que el segundo, durante el cual —con la devaluación encima— se notó una caída tanto en la actividad como en la facturación y el nivel de empleo.
Para julio y agosto, la funcionaria relató que el ritmo de facturación total no llegó a alcanzar a la inflación: “Estamos hablando de un crecimiento en términos nominales del 28% interanual, contra una inflación que ronda el 40%”, ejemplificó.
Lo que sí cambió respecto a principios de año fue que en estos dos últimos meses no se ve ningún sector particularmente afectado por el estancamiento, como sí pasó en el primer trimestre con la venta de autos. “Las concesionarias venían muy afectadas, con crecimiento interanual de 7% en términos corrientes, pero en estos dos últimos meses pasaron del 7 al 25%”, dijo Scagliotti.
Por el lado de la industria alimenticia, una de las que más traccionan la actividad a nivel local, subrayó que arrancó el año “mejor que el resto”, con un crecimiento del 40%, algo que no pudo sostener y que se terminó estacionando en un 30%, promedio, que comparten todos los sectores industriales.
En relación al empleo, detalló que en líneas generales no se detectaron industrias que estén despidiendo mano de obra. “Es un dato alentador, vemos que se intenta retener la mano de obra a pesar de la incertidumbre”, dijo.
Según Ricardo Diab, presidente de la Asociación Empresaria de Rosario (AER), el comercio “sigue registrando variación negativa mes contra mes respecto al año anterior”, y estimó que el año cerrara un 10 por ciento abajo en volumen de ventas respecto a 2013.
ESTANCAMIENTO. Con matices, el relato de los actores privados respecto al año que se termina es bastante parecido: un inicio de año duro, que se traduce en menores ventas interanuales y costos inalcanzables como resultado de la inflación.
Carlos Rivero, de Fornac SRL, empresa local fabricante de cocinas, estimó que su fábrica está un 30% abajo respecto a la misma época del año pasado en cuanto a ventas. “No sabemos que pasará el mes que viene, ya que los grandes compradores retrotraen las compras”, indicó.
El empresario dijo que por ahora mantienen el plantel de gente, pero que están “a la espera” de lo que pueda pasar en los dos próximos meses.
“Podemos aguantar 60 ó 90 días más, si las ventas siguen cayendo trataremos de mantenernos, luego ampliaremos el stock, y después veremos qué pasa”, afirmó Rivero, quien graficó: “Otros años para diciembre tenemos que decir que no, esta vez decimos que sí a todo el mundo”.
Otro empresario del sector, Norberto Mondino (de Mondino SRL) recordó que tras la devaluación las ventas cayeron hasta un 50%: “La recesión se está viendo, diciembre para nosotros siempre fue temporada alta pero esta vez no es así, las temporadas se vienen perdiendo”. En Frider, otra empresa dedicada a la fabricación de equipamiento para la refrigeración comercial, le buscaron la vuelta pactando cuotas de ventas con los grandes clientes.
“Pactamos entregas programadas y así sostuvimos niveles de ventas razonables, buscamos brindar todo un circuito de asistencia financiera”, explicaron desde el área de contaduría de esa firma.
Gastronomía. Una situación particular es la del sector gastronómico, que siempre reacciona de manera muy rápida a los cambios en el consumo tanto por mejora como por pérdida de poder adquisitivo.
Según puntualizó Carlos Mellano, dirigente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines Rosario, la actividad padece “algunas dolencias” por baja de los márgenes de rentabilidad, afectada tanto por la inflación como por la fuerte suba en los alquileres de los locales.
Mellano estimó en un 20% la caída de la facturación en lo que va del año, pero se mostró esperanzado de recuperar algo de lo perdido para fin de año, tradicional temporada alta para el sector.
“Transitamos un año difícil por los componentes de los costos, existe una oferta muy importante en la ciudad y cuando hay desequilibrio entre demanda y oferta, alquien queda en el camino, si bien no hay cierre masivo de negocios”, explicó el empresario del sector.
El argumento es que ante la pérdida de poder adquisitivo, lo primero que se elimina es el ocio. “La foto de la coyuntura no es fácil, pero hay que ser optimista y pensar que se trata de un ciclo, que hoy está en etapa de depresión”.