En una jornada cargada de emotividad por los testimonios de familiares y
compañeros de militancia de la docente Alicia López, detenida ilegalmente y asesinada durante los
años de plomo en la ciudad de Santa Fe, el Tribunal Oral Federal de la capital provincial sustanció
la segunda audiencia del juicio oral y público por delitos de lesa humanidad contra al ex comisario
Mario Facino.
"Agradezco a los promotores del juicio para encontrar justicia porque la
desaparición de Alicia es como un cuchillo que llevaré siempre clavado en el corazón", se descargó
emocionado el ex juez de instrucción Luis Juan Rodríguez, ex esposo de la asesinada profesora de
Letras santafesina.
El primer testimonio lo prestó la cuñada de la docente desaparecida. María
Isabel Rodríguez recordó que aquella noche del 21 de octubre de 1976 los integrantes de la patota
integrada por numerosos militares y civiles que secuestró a Alicia López recaló en su domicilio de
calle Sargento Cabral al 1300, a una cuadra de la vivienda de la docente.
"Un grupo de ellos se llevaron a mi esposo —hoy fallecido de muerte
natural— hasta la casa de Alicia y otros quedaron en mi casa custodiándome a mí", relató
Rodríguez, quien recordó también que "Alicia estaba en su casa con sus tres hijos menores. No sólo
no ofreció resistencia cuando se la llevaron sino que incluso preparó una bolsita con frutas
pensando que la detención era por pocas horas".
Rodríguez también narró los infructuosos trámites para rescatar a López y
recordó que la madre de Alicia, Lucía Garrahan, hizo la primera denuncia judicial en el año 1986
ante Héctor Tripichio, entonces juez federal de Santa Fe. Allí se mencionó la declaración del
detenido político Alfredo Almada, que decía que Alicia fue vista en la seccional cuarta. También
que el entonces suboficial Nicolás Correa —fallecido mientras era juzgado en la causa
Brusa— fue quien la retiró de allí.
Los testimonios brindados ayer por los testigos Alcides Schneider y Remo Vénica
también coincidieron en señalar a la comisaría cuarta que comandaba Facino como el lugar donde
Alicia López fue vista por última vez en avanzado estado de deterioro en su salud y torturada, poco
antes de que fuera asesinada.