Para el mundo Newell’s, el nombre de Federico Ezequiel Hernández todavía no es muy conocido. Un mérito por partida doble para el joven entrenador de la reserva leprosa (tiene 41 años, nació en Rosario el 29 de julio de 1978) ya que para ocupar este puesto hizo todos los pasos que debe dar un formador y no se ganó su actual lugar por la cantidad de goles que haya hecho con la camiseta de Newell’s o por haber jugado más de 100 partidos en el club. Una persona muy preparada y tan humilde que incluso él mismo en tono de broma le dijo a los dirigentes rojinegros que por ser hincha de la Lepra y conocer la idiosincrasia del club “estaban locos al contratarme porque yo también me pregunto quién es Fede Hernández”.
Además su currículum habla por sí solo. Porque no tuvo un “padrino” en Newell’s sino que muchas personas vinculadas al mundo rojinegro como Roberto Sensini, Lucas Bernardi y Javier Torrente lo llamaron para trabajar. Hernández lleva 8 partidos dirigidos en la reserva leprosa, todos en 2020. Debutó con una derrota ante Arsenal (V) 1-2, luego empató cinco partidos consecutivos San Lorenzo (L) 2-2, Estudiantes (L) 1-1, Lanús (V) 1-1, Colón (L) 1-1 y Racing (V) 1-1; y ganó los últimos dos: Godoy Cruz (L) 4-1 y Central Córdoba de Santiago del Estero (V) 2-0
Soy de barrio Industrial. Jugué en el baby en una Agrupación que se llamaba Florida que ya no existe más porque están haciendo un barrio en la canchita, luego pasé por Defensores Unidos y después jugué hasta los 17 años futsal en Newell’s donde lo tuve a Carozo Aron como entrenador. Luego a los 22 años comencé a estudiar Educación Física. Ahí lo conocí a Mariano Soso, quien me invitó a participar en el proyecto de Malvinas, hice el instructorado de fútbol infantil y comencé a dirigir a la categoría 97. Luego de aquella primera experiencia comenzaron a abrirse puertas y allí conocí a Marcelo Vivas, y a Javier y Diego Torrente. Con Marcelo y Diego fui a trabajar a San Jerónimo y luego con Diego a Piamonte en la Liga San Martín. Eso fue en mi etapa amateur.
¿Y en la parte profesional?
En lo profesional me surgió la posibilidad de ir unos meses a Chorrillos de Panamá en 2007. En 2008 me incorporé al grupo de Javier Torrente y fuimos a Cerro Porteño de Paraguay. Me recibí de entrenador y de profesor de educación física, algo que nunca ejercí. A la vuelta de Paraguay donde competimos en Copa Libertadores, regreso a Newell’s con Roberto Sensini donde estuvimos dos años (2009/11) y llegué por recomendación de Marcelo Grioni. Estando acá lo conozco a Kudelka, ya que él dirigía Boca Unidos de Corrientes y nosotros jugamos varios amistosos contra ellos. Luego Darío (así lo llama a Kudelka en toda la nota) cuando asciende a primera con Unión me llama para trabajar con él y me fui a Santa Fe en 2012. Fue una propuesta muy seductora porque sentí que Kudelka había hecho el mismo camino que estaba haciendo yo y es un referente para mí. Ojalá que pueda hacer la misma carrera ya que pudo construir un presente como entrenador muy reconocido. Al año siguiente, en 2013, seguí a Darío en Instituto y después ese mismo año estuve un tiempo con el Pitufo Grioni en Douglas Haig de Pergamino en el Nacional B. En 2014 me fui con Sensini a Atlético de Rafaela y en 2015 surgió la posibilidad de ir Everton de Chile, donde salimos campeones y fue muy buena experiencia, no solo en lo deportivo sino también en la calidad de vida. Luego, en 2016, me llama Iván Delfino para que vaya con él a Instituto y después recibo la invitación de Lucas Bernardi para trabajar con él, donde estuvimos en Estudiantes (2017), Belgrano (2018) y Godoy Cruz (2019) y este año volví a Newell’s.
¿Qué significa para vos ser el entrenador de la reserva de Newell’s sin haber tenido un paso como futbolista profesional del club?
Siempre me hago esa pregunta. Es más. En tono de broma le dije a los dirigentes y a Sebastián Peratta “que estaban locos”. Yo como hincha, conociendo la idiosincrasia del club cuando me pregunto quién es Fede Hernández no lo contrataría. Pero por suerte esta gente tuvo la audacia y es una satisfacción plena y un orgullo ya que uno sabe cuál es el peso específico que tiene haber sido futbolista de Newell’s. Lo hablo con Fabián Garfagnoli que fue campeón con el club y que hoy me acompaña en reserva. Encontrarme en este lugar es un sueño de pibe que tenía cuando iba a la popular y quería estar ahí. Y cuando se me dio la oportunidad de comenzar en Malvinas donde estaba en la última categoría del club, y que al poco tiempo pueda llegar a codearme con la primera en la época de Sensini, y hoy poder volver creo que es más que un premio al camino que hice. Cuando uno es futbolista y cuando “pasa al otro lado del mostrador” como se suele decir te das cuenta que es otra la preparación ya que el futbolista de hoy demanda otras cosas. Debe ser que en el camino que hice adquirí esas cosas y hoy se me abrieron las puertas para estar en el club que uno ama. Lo más importante es transmitirle a los chicos el sentido de pertenencia. Y si bien no lo puedo hacer desde el lado de jugador se lo transmito desde el lado de hincha, de lo que es un viaje y de los vínculos afectivos que te genera Newell’s.
¿Es difícil ser entrenador de reserva teniendo en cuenta que no sabés con qué futbolistas vas a contar y casi nunca podés formar el mismo equipo dos partidos seguidos?
Al haber sido durante tanto tiempo ayudante de campo de equipos de primera y haber pasado por tantos clubes me permitió ver la función que tenía que cumplir el entrenador de reserva. Hay que ser funcional y tener dos características fundamentales: Comunicación y adaptación. Comunicación porque tenés que ser el puente entre inferiores y primera, Y la adaptación es algo que no me genera una dificultad. Ya que entrenamos muchos conceptos, dejamos la táctica para último momento y luego abordamos el plan de partido. Si a último momento me bajan un futbolista de la primera porque queda afuera del banco, lo siento y le explico la estrategia en una pizarra. No es lo más acorde pero sabemos que es el lugar donde tenemos que terminar de formar futbolistas y darle participación a los que no pueden participar en primera (que mayormente son chicos) que también están en ese desarrollo. Por eso es importante darle los minutos que necesita y respetar la posición que juega dándole el valor de por qué están en una categoría superior.
¿Cómo es el día a día con Enrique Borrelli, coordinador de inferiores?
Enrique puntualmente fue el que me acompañó en mi llegada al club y estuvo los primeros días conmigo. Ya después siempre me dio autonomía. Tenemos una relación de respeto y consulta cotidiana. No viene todos los días a la oficina pero dos o tres veces a la semana paso, lo saludo, hablamos y le cuento como está todo. Me gusta saber su punto de vista de cualquier tema y es una fuente de consulta constante. Estamos para ayudarlo en las necesidades que tenga como coordinador.
¿Y con Kudelka?
Con Kudelka el trato es diario. Llegamos temprano al predio y tenemos todo armado. Estamos atentos y a la espera de las necesidades que tenga la primera. Y en base a eso lo abastecemos de futbolistas para los entrenamientos. Hay días que necesita y otros que no. Los jugadores están motivados porque ven que la comunicación con el cuerpo técnico de primera es buena y que Darío está mirando constantemente para abajo y que los tiene monitoreados. Hacemos el mismo mecanismo con inferiores. Utilizo jugadores sparring desde 4ª a 7ª división que me permite estar en contacto con los técnicos Petete Rodríguez, Conocchiari, Diego Mateo y el Chino Aquino. En momentos de trabajo hablamos muy seguido. Esa es la función básica. Tratamos de trabajar conceptos.
Mucho se habla de conceptos
y parece una frase de
casete. ¿Qué significa puntualmente eso?
Lo que pide Darío (por Kudelka) y que son el ADN del club. Los defensores que tengan intención de jugar, que los volantes tengan movilidad y que los delanteros rompan líneas defensivas constantemente. Te doy esos ejemplos simples para graficar la situación Tratamos de repetir esas ejercitaciones para que el futbolista que suba a primera no sufra los cambios y esté familiarizado con lo que le pide el cuerpo técnico de primera. Y el pibe que baja a su categoría demuestre en ella por qué fue convocado en la semana para entrenar con la reserva.
En lo personal ¿cuáles son tus objetivos como entrenador?. ¿Pensás en algún momento hacer tu camino solo?
Hoy estoy muy feliz con este presente ya que me inicié como entrenador principal y antes era ayudante de campo. Estoy en un lugar donde tenés tiempo, algo que en primera no pasa. Eso hace que te puedas desarrollar más tranquilo y no tener tanta exposición. A partir de ahí, seguir creciendo. Pero siempre aprendí a ser paciente, a que no hay que apurarse y que las oportunidades llegan solas como llegó esto de Newell’s después de tanto tiempo. Si uno hace las cosas bien llegarán otras en otros lugares o para donde el fútbol te lleve. Pero siempre con mi lema que es “pasos cortos y firmes” y seguir incorporando herramientas para mejorar mi trabajo y disfrutarlo de la mejor manera.