La dilatada búsqueda del entrenador provocó coletazos internos en Newell’s. Negativas por doquier, candidatos sin sostén, técnicos que se sintieron ignorados y respuestas en sala de espera. Apellidos con linaje leproso y otros de cepa extraña. Horizontales y verticalistas. Experimentados y novatos. Pragmáticos de ocasión. Autoproclamas. Litros de café y confusión en 60 días de idas, vueltas y contratiempos. Un estilo y un legado enredados en la trama sucesoria de un receso agitado. Un fracaso mal comunicado. Una continuidad de desaciertos que forzó un regreso a las inferiores como punto de inicio, con la aparición de la figura de Gustavo Raggio como primer intento reparador.