"No existo. Estoy muerta", dice Stella Maris Rodríguez (57), una vecina de Puerto San Martín, mientras exhibe una partida de la defunción de otra persona, pero que por un error lleva su nombre y DNI. Lo único cierto de ese documento es la dirección de la fallecida hace casi 17 años, cuya identidad, en definitiva, se desconoce. El caso ya está resuelto judicialmente desde 2010 y el Registro Civil local rectificó el acta, pero pese a numerosos trámites burocráticos, la mujer no logra que el Registro Nacional de las Personas, Ansés y Afip actualicen los datos y dejen de darla por muerta.
"Yo soy nacida y criada en Puerto San Martín y siempre viví acá. En 1998 fui a votar y no figuraba en los padrones. Fui a la policía y dejé constancia de que me había presentado y listo. En las elecciones siguientes me pasó lo mismo, pero tomé dimensión del problema en 2003, cuando cerró la empresa en la que mi marido había trabajado durante 30 años, y decidimos comprar un camión volcador y ponerlo a mi nombre. Fui a la Afip para inscribirme y ahí es cuando me llegó una carta donde me comunicaban que aparecía como fallecida", contó Rodríguez a La Capital.
Periplo. Allí comenzó un interminable periplo burocrático por distintas dependencias públicas, sin lograr su cometido de obtener el nuevo DNI y obtener una clave fiscal, entre otros numerosos trámites imposibles, como jubilarse u obtener un crédito. Stella Maris obtuvo "su" certificado de defunción "de mano de una jueza que me atendió en San Lorenzo y que buscó en las cajas y lo encontró. «Búsquese un buen abogado», me dijo. Primero fui con uno de Rosario que me pidió dinero, me hizo llevar testigos y después me derivó todo a otro del departamento San Lorenzo".
El profesional que la representó, Miguel Angel Sapera, "supuestamente ya terminó su trabajo y el viernes pasado me entregó el expediente. Yo le pagué todo, porque si no lo hacía, no se resolvía nada y ahora no quiero recurrir de nuevo porque me va a volver a cobrar. Esto ha llevado demasiado tiempo desde que empecé a pelearla, en 2004. Encima, tuve la mala suerte que en 2011 se extravió toda la documentación y hubo que hacer todo de vuelta, según me dijo el abogado. Además, se jubiló la jueza que llevaba el caso y hasta que lo tomó el nuevo juez y estudiaron todo el problema no pasaron días, sino años, y aún no se ha solucionado del todo lo mío. Ya no quiero saber más nada. Me voy a arreglar como pueda", decretó, resignada.
Rectificación. Stella Maris figura como fallecida el 12 de marzo de 1998 en el tomo I, acta 7 de ese año del Registro Civil puertense, que el 28 de diciembre de 2011 resolvió, a partir de la sentencia Nº 1.253 de fecha 21 de julio de 2010 en el expediente 301/04 el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial de la Segunda Nominación de la ciudad de San Lorenzo, "hacer lugar al pedido de la rectificación de la presente acta (de defunción) y establecer que la persona fallecida no es Estela Maris Rodríguez DNI 13.057.365, sino alguien no individualizado (N.N.) cuyo DNI se ignora, que al momento de la inscripción fue identificada mediante fichas dactiloscópicas. Todo lo cual está ordenado en oficio Nº 2947 de fecha 23/11/2011 del mismo juzgado".
Las resoluciones fueron remitidas a Ansés, Afip y el Registro Nacional de las Personas, En las dos primeras la dan por muerta y sólo en este último Rodríguez aparece como "presunta fallecida". Lo descubrió el viernes pasado, cuando intentó por segunda vez tramitar el DNI, sin éxito. "Me sugirieron tramitar el DNI de nuevo, entonces les dije: ¿Otra vez tengo que pagar 35 pesos? Al final me la paso pagando y nadie me resuelve nada", se quejó Rodríguez, y resignada abonó el importe en el correo. Una empleada me dijo: "Venite que el lunes (por el 9 de febrero úlitmo) que voy a tener una contestación. Llamó a Buenos Aires y resulta que ahora sale que soy 'presunta fallecida'. Pero ayer (por el martes) fui a la Afip y sigo saliendo muerta. Ahora estoy esperando alguna novedad", advirtió.
Misterio. Cómo fue a parar el nombre y el documento de esta vecina a un acta de defunción es un misterio. "No me lo explico. Yo pienso mucho y no entiendo quién dio mis datos: tal vez ella se llamaba como yo y se fijaron en un padrón y saltó mi documento. Stella Maris Rodríguez hay un montón. Lo cierto es que yo no conozco a la mujer muerta y estoy tranquila por otro lado porque ando bien con todo el mundo. No entiendo por qué me pasa todo esto, si yo no hice nada. Al final tengo que andar como loca y los señores que hicieron esto, que los llamaron a declarar a todos, andan muy panchos", disparó.
"No creo que nadie investigue ni vaya a investigar tampoco por la mujer muerta que le pusieron mi nombre. A nadie le importa. Yo no hice nada para tener que pasar por esto y espero que cuando se resuelva no esté en el mismo lugar que ella", remató Rodríguez.
Lo poco que sabe de la mujer que murió
Se desconoce bajo qué circunstancias el nombre y el DNI de Rodríguez fue plasmado en el certificado de defunción de otra persona. Según pudo investigar la propia víctima de este error, la mujer muerta “era una enferma psiquiátrica que fue retirada de la institución donde estaba internada por otro paciente que se había escapado, y que la llevó a vivir con él a una casa muy precaria” del barrio Bella Vista, contó Stella Maris,
Cuando fue allí a constatar la muerte, “el propio médico que firmó el acta de defunción me dijo que el olor era nauseabundo, y que por eso miró desde lejos, vio que había una persona sin vida, y escribió que el motivo del deceso fue ’por enfermedad’. El cuerpo fue llevado a la sala de sepelios de la Cooperativa de Agua Potable local e inhumado en el cementerio puertense, en el nicho Nº 304 del panteón social Nuestra Señora de Fátima, que el municipio compró al gremio aceitero.