La Defensoría, al lado del gobernador y el pueblo santafesino

Pasan los días y el atentado contra el gobernador Antonio Bonfatti y su familia va quedando relegado de la agenda pública. Cada vez menos se dice al respecto y una aparente "normalidad" parece retornar. Creo que es peligroso pensar así. Lo que sucedió en el domicilio del gobernador Antonio Bonfatti el viernes por la noche es un indicio de algo mucho más profundo. Un flagelo que día a día se expande sacudiendo los cimientos de nuestra sociedad.

Durante 20 años fui juez penal en la ciudad de Rosario. Personalmente he sido amenazado y lo he sufrido en soledad, a veces sin poder contarlo a nadie más que a mis familiares más cercanos. Sólo a ellos, también afectados por la presencia de una custodia policial en mi casa. Sé lo que se siente en estos momentos. Es por esto que ahora, como defensor del pueblo, no puedo menos que reafirmar todo lo que a través de la institución hemos aportado en la lucha contra el narcotráfico. Me comprometo también a redoblar los esfuerzos, para estar en lo institucional junto al Ejecutivo provincial, y en lo personal al lado del gobernador Bonfatti y toda su familia, en estos momentos tan duros que nos toca vivir.

La Defensoría cuenta con numerosas delegaciones en distintos puntos de la geografía santafesina. Ello nos permite tener un contacto muy cercano con la gente, y somos permanentemente receptores de denuncias vinculadas al narcotráfico. Pero esto no es todo. Yo tomé personalmente la decisión de impulsar la colocación de Buzones de la Vida en las delegaciones. Estos son dispositivos que permiten denunciar de manera anónima hechos de tráfico de drogas y trata de personas. Estas denuncias son luego derivadas a la Justicia federal. Vamos a profundizar esta tarea y estar cerca de la gente en esta pelea que todos tenemos que dar cada día, desde el lugar que nos toca ocupar, para terminar con la delincuencia y la impunidad.

Pero para que el terror que intentan imponer estos oscuros y cobardes personajes no prospere, también es necesario hacer visible esta problemática en todo el mundo. Y en ello también la Defensoría del Pueblo puede hacer un importante aporte. Nuestra labor nos ha permitido llegar a ocupar importantes asientos en organismos regionales, nacionales e internacionales de Defensores del Pueblo: el Comité de Defensores del Pueblo de la Región Centro, la Asociación de Defensores del Pueblo de la República Argentina (Adpra), el Instituto Latinoamericana del Ombudsman (ILO), la Federación Iberoamericana del Ombudsman (FIO) y el Instituto Internacional del Ombudsman (IIO). Me comprometo a denunciar ante cada uno de estos foros la acción de estas bandas de delincuentes, que intentan quebrar la institucionalidad de la provincia y del país. Porque cuando se ataca a un gobernador no sólo se ataca a la persona o al cargo, sino que se está atentando contra todas las instituciones de la provincia y la Nación, contra los tres poderes del Estado y, en consecuencia, contra la propia democracia.

No podemos olvidarnos de lo que sucedió y quedarnos de brazos cruzados. Yo no lo haré. Cada ciudadano de la provincia de Santa Fe, y allí están incluidos los que tienen el honor de ocupar un cargo político, puede tener la seguridad de que la Defensoría del Pueblo estará a su lado, luchando codo a codo, para que la violencia y el miedo no nos ganen. Porque unos pocos no van a poder con muchos. Y menos si los que somos muchos nos unimos.