Londres. - Los violentos disturbios en Londres y otras ciudades británicas desataron un enfrentamiento abierto entre la Policía Metropolitana de Londres, o Scotland Yard, y el gobierno del primer ministro David Cameron, mientras continuaba el enjuiciamiento de cientos de jóvenes bajo cargos de saqueo y daños. A iniciativa del gobierno se debate quitarles a los culpables sus beneficios sociales, como el uso de viviendas estatales. Un juez ya dispuso el desalojo de la familia de un joven saqueador.
Tras las declaraciones del jueves de Cameron ante el Parlamento, donde señaló que al inicio de los disturbios en la noche del sábado a domingo y luego el lunes, hubo muy pocos policías en las calles y se usaron "tácticas equivocadas", el jefe de la policía de Londres, Scotland Yard, Tim Godwin, le contestó que las críticas llegaban de gente que en los momentos más delicados "no estaba ahí".
Vacaciones italianas. Es obvio que se refería a Cameron: el primer ministro y la ministra del Interior, Theresa May, estaban de vacaciones cuando comenzaron las revueltas. Cameron tardó demasiado, a juicio de muchos británicos, en volver de Italia, donde gozaba de unas vacaciones. Godwin además alabó el trabajo de la policía. "Tenemos una cúpula policial de las mejores que he visto en el mundo. Como resultado de eso pudimos sofocar los brotes tras un par de días", agregó. El lunes había sólo 6000 policías para volcar a las calles de Londres y sus extendidos suburbios, que en ese momento se hallaban en plena erupción de violencia. El número de efectivos se aumentó hasta 16000, y el martes la ola de vandalismo amainó en Londres, y a día siguiente en el resto de las ciudades afectadas.
El jefe de la policía destacó que la elección de la táctica y la cifra de policías fue "una decisión de la policía", en polémica con Cameron, quien había sugerido que el drástico aumento de 6000 a 16000 efectivos fue decidido luego de su retorno de apuro de Italia. Cameron y otros parlamentarios conservadores habían cuestionado la táctica policial y pedido un operativo más duro, con balas de goma y carros hidrantes. En Gran Bretaña estos dos instrumentos represivos no se han utilizado jamás, salvo en Irlanda del Norte. Hugh Orde, un ex jefe policial precisamente de la problemática Irlanda del Norte y que suena como candidato a próximo jefe de Scotland Yard, también se mostró molesto con los politicos. "Seamos muy claros en una cosa: hay una diferencia vital entre policía y política. La policía tomará las decisiones tácticas. Si no es así, el sistema falla".
Los disturbios, los peores en décadas en el Reino Unido, se cobraron el jueves por la noche su quinta víctima, un hombre de 68 años que murió en el hospital a consecuencia de las heridas sufridas el pasado lunes, cuando fue atacado por una pandilla al intentar extinguir el incendio que habían provocado en un supermercado. Con él son ya cinco las víctimas mortales por los disturbios en Londres y otras ciudades. La policía detuvo ayer a un joven de 22 años, sospechoso del asesinato del hombre. En Birmingham hubo nuevas muestras de dolor por tres jóvenes musulmanes que fueron asesinados al ser atropellados de manera premeditada mientras cuidaban los negocios de su comunidad.
Ayer continuaron las operaciones policiales, con nuevas detenciones. Ya eran más de 1.600 los detenidos en todo Reino Unido, y las operaciones continuaban.
Sin ayuda social. Mientras, se discute quitar las ayudas sociales a quienes causaron los disturbios y sus familias, como propuso Cameron ante el Parlamento. Un juez intimó al padre de un joven atacante en Londres a abandonar la vivienda social en la que vivía. Es el primer caso en el que la familia de un saqueador pierde la ayuda estatal. Cameron llamó a las comunidades afectadas a hacer uso de su derecho a echar de las viviendas sociales a los violentos y sus familias. Un petitorio online en el sitio oficial del gobierno, que pide que los causantes de los disturbios pierdan la ayuda social, logró rápidamente las 100.000 firmas necesarias. Ahora podrá ser discutido en el Parlamento.