Los mercados mundiales temblaron ayer y las Bolsas del mundo perdieron posiciones tanto en Europa como en América latina frente al agravamiento de la crisis de endeudamiento de Grecia, que demandará un nuevo rescate financiero de parte del grupo Eurozona y ante la amenaza de que esta situación arrastre a España y a Italia, uno de los grande socios de la moneda única y una de las economías más endeudadas de esa región.
Así, como una suerte de pronóstico médico los mercados no se cansaron ayer de utilizar las palabras “contagio” y “defensa” para describir la alarma que genera en la economía de la zona euro la derivación de la crisis helena y las herramientas que podrían utilizar el resto de los socios europeos para evitar el contagio
Ayer los ministros de Economía y Finanzas del Eurogrupo se reunieron en Bruselas para analizar la situación pero el encuentro dejó más incertidumbres que certezas. Los máximos responsables de la economía europea, convocados ayer por el presidente de la Comisión Europea, Herman van Rompuy, no pudieron alcanzar un acuerdo sobre los detalles pendientes del segundo rescate a Grecia.
En cambio, sí prometieron préstamos más baratos, vencimientos más largos y un fondo de rescate más flexible para ayudar a Grecia y otros deudores de la Unión Europea. Aunque aseguraron que van a salvaguardar el área del euro y nuevas medidas en el corto plazo, no entregaron un plazo límite, lo que dejó sinsabores en el mercado.
Según trascendió en medios alemanes, el Banco Central Europeo estaría analizando la posibilidad de duplicar los fondos del paquete de rescate hasta los 1,5 billones de euros (2,10 billones de dólares). Pero el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schuble, rechazó esas especulaciones y aseguró que “no se puede hablar de ningún modo” de una ampliación del programa europeo de ayudas.
España e Italia. Aunque teóricamente Grecia es el principal problema sobre la mesa de los ministros de Finanzas del Eurogrupo, dos nuevos elementos de inestabilidad se agregaron en las últimas horas a la volátil situación financiera de la zona euro y de la UE en general. Por un lado, Italia está bajo la lupa de las agencias de calificación de riesgo Standard & Poor’s y Moody’s, que advirtieron al primer ministro, Silvio Berlusconi, sobre una posible rebaja en su calificación, por el magro crecimiento de esa economía y el alto nivel de endeudamiento, por encima del 120% del Producto Bruto Interno (PBI), cuando el Pacto de Estabilidad fija un techo del 60%.
La canciller alemana, Angela Merkel, exigió ayer a Italia que lleve a cabo los recortes necesarios en su presupuesto y manifestó su “gran confianza” en el gobierno de Silvio Berlusconi. “La aprobación de un presupuesto que tenga en cuenta las exigencias de ahorro y consolidación fiscal” es “una señal muy importante que tiene que enviar la propia Italia”, dijo.
El otro motivo de preocupación sigue siendo la situación de precaria estabilidad de España. A pesar de los esfuerzos para establacer un “cordón sanitario” que divida a este país de Grecia, la prima de riesgo española alcanzó ayer su máximo histórico —con 335 puntos básicos— el nivel más alto desde la introducción del euro.
En Madrid, el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dejó claro que la situación en torno a un segundo rescate heleno está creando problemas a España, considerada por la UE una trinchera que la crisis de endeudamiento en la eurozona no debería nunca cruzar. “El proceso de desconfianza cada vez se extiende a más países”, alertó Zapatero.
La Bolsa española acusó también esta situación. Así, el selectivo Ibex 35 cerró ayer con una caída del 2,69% y cayeron las principales acciones: El BBVA 4,06%; Santander 3,16%; Iberdrola 3,27%; Telefónica 2,20% y Repsol YPF 1,29%.
Un cortafuego. “Europa está preparada para defender a la zona euro”, aseguró ayer el ministro holandés de Finanzas, Jan Kees de Jager, durante la reunión del Consejo de la UE, que se dio en forma simultánea con la del Eurogrupo.
Al encuentro asistieron el presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, el comisario de Asuntos Económicos del bloque comunitario, Olli Rehn, y el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Trichet, así como observadores del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Bancos estresados
Para agregar mayor volatilidad a la situación, según datos filtrados de fuentes diplomáticas de la UE, los resultados de las nuevas pruebas de estrés a la banca europea, que se conocerán este viernes, serán malos, con varias entidades (incluidas varias cajas de ahorro españolas) que no lograrán pasar los exámenes.
Por otro lado, los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona debatieron los pormenores del segundo rescate a Grecia, por valor de entre 90.000 y 120.000 millones de euros, tras el fracaso de la primera ayuda a Atenas, por 110.000 millones pactada el año pasado por la UE y el FMI.